“Lo traían en un cajón porque supuestamente murió de covid-19, pero cuando lo estaban por enterrar la gente comenzó a sentir que la persona se movía. Abrieron el ataúd y se dieron cuenta de que había estado con vida y que, en realidad, murió asfixiado”. Esa es tan solo una parte de un audio que se está viralizando en el este de la provincia. Un audio que movilizó a la Policía y a la Justicia. Un audio que conmocionó al este tucumano porque tenía algunos datos reales, pero la historia no es como la cuentan en las redes sociales.

Un joven de 33 años, cuyo nombre se mantiene en reserva por expreso pedido de sus familiares, efectivamente murió de coronavirus el domingo. Había ingresado el 8 de abril a un hospital público y de allí derivado a una clínica privada, donde terminó falleciendo.

Los restos del hombre fueron trasladados al cementerio de Mancopa. Momentos antes de que se realizara su sepelio, los pocos asistentes que se encontraban en la ceremonia, comenzaron a sentir sonidos extraños que provenían del interior del ataúd. Espantados, fueron hasta la comisaría del lugar y denunciaron el hecho.

La noticia corrió rápidamente en el pueblo. “Abrieron el cajón y encontraron signos de que el chico estaba desesperado por salir. Encontraron señales de que había intentado sacar la tapa”, fue una de las partes de un mensaje que envió un mensaje a un tal “hermano Diego”.  Esa conversación corrió rápidamente y con el correr de los minutos fueron apareciendo más personas que aportaban más datos inexactos.

Los vecinos dieron aviso a la Policía que se presentó en el lugar. Al escuchar las declaraciones de los testigos, convocaron a un médico forense. El profesional confirmó que el hombre llevaba varias horas muerto y que el sonido que podrían haber escuchado podría haber sido generado por los gases que normalmente eliminan los cuerpos.

Los miembros de la fuerza dieron aviso a la Fiscalía I de Homicidios que conduce Ignacio López Bustos. El funcionario confirmó que se inició una investigación por ese incidente, pero que nada de lo que se difundió en los audios es real. “Los profesionales no sólo constataron que había fallecido tal como lo indicaba el acta que se labró en la clínica, sino además indicaron que la bolsa con la que se cubre a los muertos por el mal, estaba perfectamente cerrada”, explicó.

El fiscal dijo que los mismos familiares del joven, después de haber recibido las explicaciones oficiales, decidieron sepultar su cuerpo.