En la página 2 de LA GACETA del 27/04 se puede ver una reproducción facsimilar del MPF (Ministerio Público Fiscal de Tucumán) que titula “Comunicado de prensa”. Sin firma. Sólo pequeñas iniciales “M.P.F.” y una fecha: “26.02.21”. A la hora en que ese “documento” quiera ser mencionado o cuestionado en sede judicial, la pretensión del que pretenda hacerlo (un ciudadano o una persona jurídica o un organismo del Estado) sobrevendrá implacablemente en nulidad. ¿Quién osará nada contra ese “documento” que reproduce LA GACETA ante esto de la nulidad sobreviniente al planteo, cualquiera fuese? Un documento que a la hora de dar explicaciones aparecerá como alcanzado por la orfandad de autor. Orfandad de firma. Desalienta, aún más en este clima en el que la justicia aparece como nadando en aguas turbias para alcanzar playas salvadoras. Desalienta que la Corte deba suscribir “con su postura el MPF impidió a este alto tribunal la toma de conocimiento del trámite de las causas” (las de Paola Tacacho). Es de notar que en el texto la Corte se identifica como “alto tribunal”, sin embargo, herido en esa altura. Esta disociación antijurídica entre el MPF y la CSJT afecta a todo el sistema de gobierno del mismo modo que lo hace el vergonzoso enfrentamiento entre los titulares del PE provincial y la Legislatura. Más que una separación republicana de poderes, en este último caso, es una confrontación demagógica y grotesca entre los titulares de esos poderes. Sería de gran utilidad, lo digo sin ironía, que la Corte invite, en nota de papel blanco y no amarillo de cédula, a la periodista Irene Benito. Podrá aportar mucho más que lo que espera sin estar, obviamente, sometida al poder de “superintendencia” de la Corte.

Carlos Duguech

c.duguech@gmail.com