La ingeniera argentina Clara O’Farrell, del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, que trabajó en el diseño de los paracaídas que permitieron el aterrizaje en Marte de la misión Perseverance, afirmó en diálogo con Télam que vivió el histórico vuelo del Ingenuity “con pánico y el corazón en la boca” y auguró que “abre las puertas al diseño de nuevos helicópteros para la exploración” de ese planeta.

Cómo es el Ingenuity

Ingenuity, un helicóptero de menos de dos kilos de peso que viajó a Marte enganchado en el rover Perseverance, aterrizó en ese planeta en febrero del año pasado y la semana pasada se convirtió en la primera aeronave a motor en volar en otro planeta, hazaña comparada a la de los hermanos Wright en 1903 en Carolina del Norte, Estados Unidos.

Alimentado por energía solar, está equipado con una cámara que tiene como misión realizar una serie de vuelos cortos para comprobar las condiciones de la atmósfera marciana para el vuelo.

La carrera de O’Farrell

O’Farrell, una bonaerense de 35 años que a los 19 viajó a los Estados Unidos para estudiar ingeniería, sostuvo: “cuando la NASA envió al Pathfinder a Marte en 1997 la gente también se preguntaba para qué mandar hasta allá algo que parecía un autito a control remoto, pero esa experiencia nos dio conocimientos para desarrollar todos los rovers que vinieron después y que nos permitieron explorar más allá del punto de aterrizaje abriendo nuevas oportunidades”.

Y explicó: “Ingenuity nos permite demostrar que es posible volar en Marte y que en algún futuro podríamos enviar una misión que involucre un pequeño helicóptero que nos permita explorar la superficie desde el aire para decidir hacía donde queremos continuar la exploración”.

Complicado

La ingeniera destacó que Marte es un lugar muy complicado para volar porque su atmósfera es mucho más tenue que la de la Tierra y eso hace más difícil que el helicóptero genere sustentación para volar; por eso el Ingenuity tenía que ser muy liviano y sus aspas debían girar mucho más rápido de lo que necesitarían en la Tierra.

Ese no es el único reto que tuvo que vencer la pequeña aeronave: también debe poder ser cargado por energía solar y “tolerar el clima frío de Marte, especialmente en las noches que son aún más hostiles; frente a todos estos desafíos se llegó a la configuración final que es la que más se adapta al ambiente marciano”.

Además de enviar imágenes de su propia sombra en la superficie de Marte tomada por su cámara, el dispositivo “está enviando un montón de datos de ingeniería que nos permiten mejorar nuestros modelos y a diseñar la próxima generación de este tipo de aparatos”, añadió.

O’Farrell, integrante del equipo responsable del aterrizaje de ‘Perseverance’ en Marte, contó: “teníamos que tener cuidado para evitar las rocas grandes, siempre estaba el riesgo de que alguna roca más chica golpease al helicóptero”.