Largas filas de personas se observan los días hábiles a ambos lados de las puertas de ingreso a los bancos, sin guardar la distancia debida y sin que nadie exija su cumplimiento. En su mayoría son personas mayores, que aguardan horas, bajo las inclemencias del tiempo, antes de poder ingresar. ¿Por qué dejaron de colocar las sillas distanciadas y repartir números por orden de llegada? Hoy más que nunca necesitamos cuidarnos y sentir que nos cuidan. Sin embargo, al tener que concurrir a estas instituciones experimentamos todo lo contrario, pues nos tratan como rebaños, sin ningún tipo de consideración ni respeto.  

Teresa Inés Marchetti

teremarchetti@hotmail.com