No había más tiempo que perder y, minutos después de las 9, Pablo De Muner tomó el control del plantel de San Martín y lo hizo después de analizar las virtudes y carencias de su equipo, al que deberá potenciar para subir en las posiciones de la Primera Nacional.
A una semana de haber cumplido los 40 años, el dos veces ex jugador del "Santo" tendrá desde hoy su primera experiencia, como entrenador, en el club de Ciudadela.
En el complejo Natalio Mirkin, y ante la prensa, se hizo la presentación oficial de "Tomate", que prometió trabajar para pulir un equipo que, luego de seis fechas, recién consiguió su primer triunfo en la temporada.
"Mereció mejor suerte contra Chacarita. Hay cosas que me gustan muchísimo: cuando trata y cuida la pelota; cómo trata de salir de contra. Pero hay cosas para mejorar, sino no estaríamos en esta situación", reconoció De Muner, que intentará sumar a un psicólogo a su equipo para levantar y sostener, anímicamente a sus jugadores. "La cabeza de los futbolistas es importante. Hay que mejorarla y entender qué le pasa al jugador".
A cerca de las metas con las que llega al club, "Tomate" intentó ser realista y no hipotecar la confianza de los hinchas con promesas. "Nos tenemos que enfocar en las urgencias que tenemos hoy. Hay mucho para mejorar. El equipo tiene que tomar vuelo, tener identidad, ser un equipo sólido, seguro y protagonista. Hay que conseguir resultados, pero tenemos que trabajar el cómo. Pienso en objetivos a corto plazo. El día a día es fundamental", explicó el entrenador que tendrá la misión de encarrilar a San Martín, que prometía ser protagonista y que, en cuestión de semanas, se fue desdibujando. Tanto que le terminó costando el puesto a la dupla Favio Orsi y Sergio Gómez, "los padres de la criatura".