Qué yeta, ni qué yeta... San Martín cortó la malaria después de ¡13 partidos! Por eso el sentido abrazo de los todos los jugadores en el centro del campo, y del cuerpo técnico a un costado del banco. El “Santo” necesitaba sacarse la mufa y lo hizo en Mataderos, mostrando su mejor cara en lo que va del campeonato; pero también esas distracciones que esta vez no tuvo que sufrir.
San Martín al fin pudo ser toro en rodeo ajenoLo necesitaba San Martín y también lo imploraba Marcelo Estigarribia. Si los dirigidos por Floreal García cortaron en seco la nefasta racha que había comenzado en diciembre pasado, y lograron cantar victoria en una cancha luego de 25 años; el delantero volvió a la vida en el “República de Mataderos”.
Tanto lo necesitaba Estigarribia que en su festejo dejó salir toda la bronca acumulada. Porque hasta ayer venía cruzado el entrerriano. La pelota pocas veces le llegaba limpia y cuando lograba quedar de cara al gol, no acertaba un pleno.
Así, la excursión a Mataderos fue redondita para el “Santo”: volvió a ganar en el último juego del cuerpo técnico interino, con Pablo De Muner mirando desde las tribunas, y con su centrodelantero que dejó atrás la sequía goleadora (volvió a marcar un gol luego de 15 partidos; no convertía desde el 1 a 1 entre Temperley y Belgrano, el 20 de marzo de 2020).
Además, la suerte también le hizo un guiño esta vez al “Santo”. Porque si ayer Lucas Goberville orientaba bien su cabezazo en el tercer minuto de descuento, el mazazo hubiese sido casi de nocaut.
Pero el joven delantero no le acertó al arco y San Martín pudo festejar. Todo le salió perfecto; ahora De Muner deberá ajustar algunas piezas y tratar de que la mejoría se extienda en el tiempo.