La hipótesis apunta a un clan que realizaba “escruches”  en propiedades de Yerba Buena y que tenía conexiones fuera de la provincia. Por eso, la investigación avanza en  el Ministerio Público Fiscal (MPF) y en otros organismos de inteligencia criminal para intentar desbaratar a esta estructura delictiva radicada en Tucumán y que utilizaba autos de alta y mediana gama para concretar los ataques.

"Hay elementos que nos permiten concluir que estamos frente a una investigación mayor. Se advierte la distribución de roles y la actividad que tendría esta banda. Lo que el Ministerio Público investiga es el accionar de una organización criminal con múltiples participantes que tiene por objeto el desarrollo de conductas conocidas como 'escruches' en Yerba Buena. Luego usaban un concesionario para desprenderse de los autos y no ser vinculados en los hechos con la utilización de esos vehículos", explicó el auxiliar de fiscal de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos I, Miguel Esteban Fernández.

Estas sospechas se conocieron hoy en una audiencia multipropósito realizada hoy en tribunales penales, en el marco de una causa que involucra a Rodrigo Tripolone, de 21 años. Sobre el joven recae la imputación por los delitos de encubrimiento y tenencia de arma de guerra sin autorización legal.

Es que ayer se halló en la vivienda del acusado un auto que habría sido usado en dos hechos delictivos y un arma de guerra que estaba oculta en el cielorraso. Según fuentes judiciales, se cree que Tripolone integraba una banda que ocultaba en concesionarios de los miembros de la organización, los autos que utilizaban para delinquir con el objetivo de evitar ser conectados. Fernández, en reemplazo del fiscal Diego López Ávila, requirió prisión preventiva por tres meses, lo que fue avalado por el juez Alejandro Tomas.

La pesquisa

Para describir la modalidad delictiva, el investigador fiscal precisó que "varias personas ingresan a un domicilio aprovechando que no están sus ocupantes y se apoderan de bienes pertenecientes a sus propietarios". Antes, realizaron tareas de inteligencia. 

Aseguró que se trata de una investigación que se había iniciado con la detección de un patrón de conducta delictiva, que viene desarrollándose en un sector específico de Yerba Buena, principalmente, en la zona norte de la avenida Aconquija.

La modalidad

El 28 de marzo por la tarde, personal policial advirtieron la presencia de un automóvil Peugeot 308 con vidrios polarizados en un tono oscuro. El rodado estaba en la intersección de las calles Honduras y Los Ceibos de la “Ciudad Jardín”.

Al ver a los uniformados, los ocupantes se dieron a la fuga en ese vehículo. Sin embargo, los efectivos lograron advertir la chapa patente. A través de cámaras de seguridad, se pudo registrar la ubicación del automóvil  y luego la llegada de un segundo auto. Dos personas bajaron del último roado y se dirigieron a un domicilio de calle Honduras al 200, con fines de cometer un ilícito.

"Se movilizan en autos de alta gama y los miembros de la banda cumplen tareas diferentes, como la inteligencia previa; después aparecen los otros, que son quienes 'barretean' las puertas e ingresan a las propiedades", continuó el auxiliar de fiscal.

La investigación

El 31 de ese mismo mes, los investigadores detectaron que se ofrecía para la venta el Peugeot 308 en un concesionario, que al parecer es propiedad de una de las personas que formaría parte de la banda criminal. El 1 de abril, siguiendo la pesquisa, se constató esta situación en el perfil público de Facebook del dueño de la agencia de compraventa de vehículos, según los datos de la investigación.

El lunes 5 último, se logró determinar que el Peugeot estaba estacionado en una propiedad ubicada a la altura de la avenida Papa Francisco y calle Finlay al 1.200. Al lado de este vehículo se encontraba Tripolone, el imputado.

Autos de alta gama

Las imágenes de las cámaras de seguridad de diferentes hechos delictivos evidenciaron que la banda utilizaba vehículos para perpetrar los ataques, como Mercedes Benz, Toyota, Peugeot, VW. En todos los casos, eran autos de mediana y alta gama y como característica particular tenían los vidrios polarizados.

Como parte de la pesquisa, se llevaron adelante siete medidas de allanamiento. A partir de esas medidas, se concretó la aprehensión de Tripolone en un domicilio de Lamadrid y Pedro Medrano, donde además se logró el secuestro de un Peugeot 308, una pistola calibre 40 y cartuchos, numerosas joyas, 180 gramos de marihuana y varios celulares, además de documentación de otros vehículos de alta gama, entre ellos , uno marca BMW.

Las fuentes judiciales informaron que Tripolone no contaba con la autorización para tener el arma de guerra.