Los malos olores, la proliferación de moscas y de roedores son atribuidos por vecinos de El Mollar a la planta de tratamiento de residuos instalada a orillas del acceso al pueblo. El drama recrudeció en el verano, según dicen, y hartos de vivir hostigados por esos inconvenientes ahora piden la clausura y o el traslado de las instalaciones a otro lugar más alejado de la población.
Aseguran que la planta, habilitada en el 2002 está al límite del colapso en razón de que el sitio ya no dispone de espacio para el enterramiento de los desechos finales. Además, el deterioro de las maquinarias de separación ocasiona más acumulación diaria de residuos. Claudia Sigstad, que hace pocas semanas se hizo cargo del manejo de la planta, dijo que la denuncia “no se ajusta a la realidad”. Aseguró que aún dispone de tres fosas para sepultar los desechos finales y que la comuna tiene, además, en vista otro espacio para llevar adelante ese proceso.
Dijo también que los malos olores y la proliferación de moscas no sólo es atribuible a los residuos, sino también a los excrementos de animales. La instalación recibe por día ocho camiones con basuras de Tafí del Valle. Los de la comunidad local son tres. En tiempo de vacaciones la cifra se duplica.
Cuando la planta fue habilitada hace 19 años, en los alrededores no había casas de lugareños o veraneantes. Hoy hay cientos de viviendas, algunas en construcción al frente mismo del vaciadero. “Esta situación que se da aquí es intolerable. Pues uno no puede ni salir a disfrutar del aire afuera por la cantidad de moscas que proliferan y el mal olor. El ambiente se transformó en sumamente nocivo a causa de esa planta. Con el tiempo esto lleva a enfermedades”, denunció Elizabeth Paz, del barrio La Lomita.
“No entendemos que hace Medio Ambiente de la provincia ante esta situación. Aquí hay descontrol. Hace tiempo tendría que haber dispuesto alguna medida para frenar el problema. A la planta llegan hasta desechos patológicos de origen desconocidos. Y esto lo tenemos documentados con fotos”, añadió la vecina.
Orlando Centeno, un veterano de guerra que se instaló en El Mollar enamorado de su paisaje, está también al frente del grupo de vecinos que impulsa el cierre o traslado de la planta. “Genera mucha bronca vivir en un lugar tan lindo, pero tan contaminado al mismo tiempo. No solo el aire acusa el perjuicio de la planta, sino también las napas freáticas, el agua”, planteó el hombre.
Los vecinos también revelaron su preocupación por las condiciones infrahumanas en que se desempeñan los trabajadores de la procesadora. “Carecen de los elementos esenciales de bioseguridad. Están expuestos a contraer cualquier enfermedad”, denunciaron. La mayoría que adquirió terreno en la zona lo hizo, según confesaron, con la versión del vendedor de que el vaciadero iba a ser trasladado a otro sitio y que en donde está se iba a levantar una hostería. Hoy mastican la bronca por el engaño.
Refacción
Sigstad explicó que, tras hacerse cargo hace un mes de la procesadora de residuos, la comuna puso en marcha un proceso de reacondicionamiento de las instalaciones. “Se contrató a una empresa privada que en los próximos días comenzará con las tareas de arreglo y mantenimiento de las maquinarias y de mejoras en el edificio con la instalación de luminarias. Es decir que se abordaran tareas tendientes a lograr un mejor trabajo de separación y además una visual adecuada” comentó.
“La basura, como se solía hacer, va a ser tratada con Bacteria M o microorganismos eficientes que eliminan los olores y además impiden la reproducción de las moscas”, adelantó. Insistió en que “la planta no está colapsada porque aún tenemos tres fosas para el enterramiento de los desechos”. “Un cierre de la planta va a representar un empeoramiento de la situación, porque a la basura se la va a tener que depositar y mantener a cielo abierto”, concluyó.
Un freno judicial: planta lista, pero no puede funcionar
Aunque el cierre de la planta de tratamiento de residuos de El Mollar fue descartado por funcionarios de esa comuna, preocupa a las autoridades de Tafí del Valle el futuro de sus desechos urbanos. Es que desde hace un tiempo la comuna a cargo de Jorge Cruz tiene la intención de dar por finalizado el contrato mediante el cual se le permite al municipio depositar en esas instalaciones sus basuras. El 100% de los residuos de Tafí del Valle van hacia El Mollar. El intendente tafinisto Francisco Caliva, a través de sus abogados, procura de destrabar un litigio judicial que le impide poner en funcionamiento la Planta de Separación de Residuos Sólidos Urbanos, ubicada en cercanía de Ojo de Agua. Su instalación está casi concluida. Veraneantes y lugareños fueron los encargados de denunciar la obra por carecer supuestamente de estudio de impacto ambiental. “La planta no funciona por una presentación judicial de vieja data. Hay un recurso de no innovar que está en manos de un magistrado que posterga la solución a un problema que inquieta ante la posibilidad de que Tafí del Valle se quede sin un lugar donde depositar sus residuos”, dijo Enrique Rodríguez, asesor letrado del municipio. Técnicos de El Mollar advierten que tarde o temprano la planta de El Mollar corre el riesgo de colapsar, debido a la cantidad de residuos que llega desde la villa veraniega.