César Soto, después de más de 15 años, escuchará del fiscal Carlos Sale la acusación en su contra por el crimen de su pareja Paulina Alejandra Lebbos. Con este paso, se iniciará el cuarto proceso que se abre por este caso que estuvo a un paso de prescribirse. Pero las posibilidades que se esclarezca el homicidio, por el tiempo transcurrido y la falta de pruebas sólidas, son escasas.
Alberto Lebbos: “quiero que los acusados enfrenten un tribunal cuantos antes”La joven fue a bailar el 25 de febrero con un grupo de amigas a un boliche del ex Abasto. Cuando salió, después de caminar unas cuadras, se subió junto a su compañera de facultad Virginia Mercado a un remise que la trasladó primero hasta la casa de su compañera y después la llevaría hasta la casa de Soto. Pero eso nunca sucedió. La joven desapareció y su cuerpo fue hallado el 11 de marzo en la vera de la ruta que conduce a Raco.
A partir de allí se inició una polémica investigación en la que hasta ahora se pudo comprobar una sola cosa: hubo una intrincada red de encubrimiento que impidió establecer quién mató a Paulina. Por esa razón, el caso sigue impune.
En febrero de 2019, el tribunal integrado por los jueces Rafael Macoritto, Carlos Caramuti y Dante Ibáñez, además de condenar a los encubridores (ver aparte) pidió que se investigara a Soto, Sergio Kaleñuk (uno de los mencionados en la pista de los hijos del poder), Esteban Gómez (hermano de José Luis, el único absuelto en la causa) y Ernesto Atim (que recién ahora aparece mencionado en la causa). Luego de que LA GACETA publicara que el hecho estaba a un paso de prescribir, la Corte Suprema de Justicia confirmó el fallo y los nuevos sospechosos fueron citados a declarar como imputados, medida que logró evitar que el caso quedara impune por mora judicial.
Los indicios
En la audiencia surgieron varios indicios en su contra, elementos que serán tenidos en cuenta por el fiscal Sale a la hora de interrogarlo hoy. Pero hasta aquí sólo existen indicios, no hay ninguna prueba contundente en su contra. Sólo queda esperar que al abrir esta nueva investigación, surja algún elemento que pueda generar una condena a 15 años de haberse producido la desaparición y el crimen de la estudiante.
Algunos de los puntos que complican a Soto son:
- Misteriosos olvidos: Soto, durante la audiencia, se contradijo en más de una oportunidad al relatar lo que había sucedido el 25 de febrero y la madrugada del 26. Dijo que no había visto a la víctima el día anterior a su desaparición, pero se comprobó que había almorzado con ella. Luego, cuando estaba acorralado por promesas de que lo imputarían por falso testimonio, también reconoció que tenían previsto concurrir a una fiesta después de que él saliera de trabajar y ella volviera de bailar con sus amigas en la zona del ex Abasto.
- Tranquilidad: según los jueces que llevaron adelante las audiencias que duraron más de un año, la ex pareja de Paulina no se mostró preocupado por su desaparición. En vez de encontrarse con ella, fue a tomar una cerveza con un amigo a una bailanta. Volvió a su casa y se acostó a dormir y al despertar tampoco le llamó la atención que Paulina no fuera a comer a su domicilio, tal y como habían acordado el día anterior.
- ¿Maniobra?: en el juicio se probó que Soto llamaba constantemente al celular de Paulina. Pero el 26 de febrero, día en el que la víctima desapareció y en el que probablemente haya sido asesinada, sólo intentó comunicarse al teléfono fijo de la casa de los Lebbos, con quienes tenía una pésima relación.
- Actividad: el ahora sospechoso trabajó hasta la madrugada llevando sándwiches y gaseosas de una mesa a la otra hasta, se supone, las cuatro de la mañana. Luego se fue a bailar; tomó una cerveza y recién a las 6 del domingo 26 se acostó. Durmió menos de seis horas y, al levantarse, lo primero que hizo fue lavar la ropa que había utilizado la noche anterior. Puso tanto énfasis en esta tarea que hasta prefirió no almorzar. En un allanamiento realizado en la casa del sospechoso se encontró un toallón con una supuesta mancha de sangre. Se confirmó que era humana, pero nunca se pudo hacer un peritaje genético porque no se preservó la muestra.
- Violencia: El sospechoso, en un primer momento, dijo que su relación con Paulina era normal, como la de cualquier otra pareja. Pero en la audiencia se demostró que, al contrario, estaba signada por hechos de violencia. En el juicio se ventilaron varios. María Sofía Lebbos, hermana de la víctima, lo acusó de ser dominante, celoso y violento. Rosa Racedo, la madre de la estudiante asesinada, había dicho antes de morir que él una vez la intentó ahorcar durante una pelea. Ese no es un detalle menor: Paulina murió estrangulada, según los informes que constan en la causa.
Los contra de la investigación
1- El paso del tiempo es el escollo que tendrá la pesquisa. Será casi imposible encontrar nuevas evidencias a 15 años de haber ocurrido el hecho.
2- Será muy difícil que alguno de los sospechosos rompa un supuesto pacto de silencio y termine involucrando a terceros.
3- Desde que se dictó la sentencia, hace ya más de dos años, no se presentó ningún testigos para complicar a los imputados.
4- Las muestras recolectadas para hacer pericias genéticas no fueron protegidas correctamente, por lo que nunca se pudo realizar un estudio comparativo.
En Tribunales: habrá un desfile de sospechosos por dos fiscalías en los próximos días
César Soto será el primer imputado en declarar, pero no el único. El fiscal Carlos Sale, después de interrogar como imputado a la pareja de Paulina Lebbos, hará lo mismo mañana con Sergio Kaleñuk, el hijo del ex secretario privado del ex gobernador José Alperovich y actual empleado legislativo. En tanto que la fiscala Mariana Rivadeneira debe tomarle declaración a Esteban Gómez, hermano de José Luis Gómez que fue acusado del homicidio de la joven y que fue absuelto por el tribunal, y a Roberto Atim, un vendedor de celulares que quedó involucrado por haber tenido contacto con el teléfono de la víctima. En principio debían declarar el jueves 1, pero al ser día inhábil, su citación sería prorrogada. La situación de los sospechosos se complicaría si es que no llegan a presentarse a tribunales.
Juicio I: los policías de raco, los primeros condenados
En diciembre de 2013 finalizó el primer juicio que se realizó por el crimen de Paulina Lebbos. El comisario Enrique Lencina, Manuel Yapura y Roberto Lencina por encubrimiento por haber fraguado las actas del hallazgo del cuerpo de la joven concretado el 11 de marzo en la vera de la ruta que conduce a Raco. El debate sirvió además para encontrar varios indicios de que la maniobra fue realizada por orden de sus superiores. Por ese motivo, el tribunal integrado por Dante Ibáñez, Carlos Caramuti y Emilio Páez de la Torre solicitaron que se investigara a varias de las personas que fueron mencionadas durante las audiencias. El fiscal Diego López Ávila, que investigó el caso, ya lo había realizado.
Juicio II: condena para funcionarios y el crimen quedó impune
En uno de los juicios más extensos de la historia de la provincia, un tribunal termina condenando a funcionarios del gobierno de José Alperovich y absolviendo a José Luis Gómez, la única persona que había llegado al debate imputado por la desaparición y posterior crimen de Paulina. Los jueces Carlos Caramuti, Rafael Macoritto y Dante Ibáñez condenó al ex secretario de Seguridad Eduardo di Lella, al ex jefe de Policía Hugo Sánchez, al ex subjefe de Policía Nicolás Barrera, al ex jefe de la Unidad Regional Norte Brito y al ex policía Waldino Rodríguez por su actuación en el caso. Los jueces pidieron que se investigue a César Soto, Sergio Kaleñuk, Esteban Gómez y Roberto Atim por ser considerados sospechosos del crimen.
Juicio III: se vuelve a demorar el debate en contra de Albaca
Carlos Albaca fue el segundo fiscal que investigó el caso. Tuvo en su poder la causa durante siete años. Fue denunciado por no haber realizado varias medidas, descartadas varias líneas de investigación y, fundamentalmente, no haber preservado muestras para realizar pericias genéticas clave en el caso. Evitó afrontar un juicio político jubilándose. Sin embargo, fue investigado y se solicitó que fuera enjuiciado por las supuestas irregularidades que realizó. El debate en su contra se debería haber realizado en marzo pasado, pero se suspendió por la pandemia. La causa pasó al regimen conclusional y ahora está demorado porque recusó a un miembro del tribunal que debe enjuiciarlo.