La reanudación del partido entre Atlético y Huracán tuvo una polémica. Más que polémica, fue un claro penal a favor del "Decano" que el árbitro Nazareno Araza no lo consideró como tal. Fue tras una pelota parada en la que Guillermo Ortiz cabeceó y la pelota dio en el brazo del colombiano José Moya.
El defensor extendió su brazo para evitar que el equipo tucumano llegar al gol en la jugada más clara que tuvo durante los casi 20 minutos que se disputaron en el Monumental "José Fierro".
Todos los integrantes del plantel local reclamaron, pero Araza dijo "siga, siga". Otro fallo que perjudicó a Atlético en un partido atípico.