El cierre de las escuelas durante el 2020 afectó inevitablemente a los maestros y profesores particulares que ayudan a los chicos en algunas materias. Para la mayoría de ellos el apoyo escolar es su fuente de ingresos, y si bien durante la cuarentena sufrieron una gran baja de alumnos, esperan que este año la demanda crezca por el deterioro del nivel académico como consecuencia de la virtualidad.
“Ahora hay más alumnos. El año pasado fue un año de ‘zafar’ y llegar a fin de año sin saber lo que hicieron’’, expresó Daniel Vilte, profesor de física y matemática.
El comentario común entre los docentes de diferentes niveles es que el año pasado, a pesar de reinventar la metodología de enseñanza para lograr que los alumnos aprendan, los jóvenes se lo tomaron muy relajado y sólo se preocuparon por pasar de curso sin fijar realmente los conocimientos. A diferencia del primario, donde los padres se hacen más presentes en la educación, la etapa adolescente es la que más requiere de apoyo escolar.
Desde hace veinte años Vilte sólo se dedica a dar clases particulares pero con la llegada de la pandemia tuvo que rebuscársela para poder seguir generando ingresos.
Problema económico
“Me manejé a través de videollamadas de WhatsApp utilizando dos celulares de manera simultánea para atender solo a dos chicos por turno. Me afectó mucho en lo económico y en ocasiones tuve que pedir préstamos a mi familia, pero con la vuelta a la presencialidad la demanda está subiendo de nuevo’’, comentó.
Con respecto al nivel académico, Vilte señaló que trabaja tanto con alumnos de escuelas que pertenecen a la Universidad Nacional de Tucumán como con privados, y que en general el grado de formación es el mismo. “La diferencia no se nota tanto, pero a los chicos si no los exigís se relajan y eso pasa en todos lados’’, aclaró.
Según lo que sostienen los docentes, el motivo de la demanda a principio de año se dio porque a muchos les quedaron materias pendientes para rendir. Y según Belén Luzuriaga, profesora de física y química, será duro de volver a activar a los chicos.
“Durante el año pasado atendí por zoom a los tres mejores alumnos de cada grado cuando antes atendía a seis, deduzco que los otros no deben haber hecho mucho. Ahora en febrero, ya de manera presencial atendí a varios que tenían que rendir la materia llevada a marzo y ayer me habló un alumno para ir este lunes porque no entiende el primer tema que le dieron. Creo que los chicos están totalmente aplastados y será duro activarlos’’, resaltó.
Frente al fracaso en los intentos por enseñar matemática a través de zoom, Claudia Ríos organizó su casa para recibir a un grupo reducido de alumnos con alcohol, barbijo y distanciamiento social.
“La virtualidad no me resultó práctica por lo que aproveché el espacio de mi casa. De todas formas tuve que reducir los grupos, y a pesar de que tengo otro trabajo, sentí bastante la baja del ingreso económico. Ahora Con la vuelta al colegio, me llaman todos los días, eso es porque los colegios no están bajando su nivel académico y los chicos que se relajaron se tienen que poner al día. Creo que este año va a haber mucha más demanda de particulares que años anteriores”
Para Jorge Humberto Sosa, conocido como “Cacho’’ entre los colegios de Yerba Buena, cada vez son menos las familias que pueden pagar un profesor particular, situación que se agravó con la pandemia.
Consultado por su experiencia durante el 2020 y su visión del panorama para lo que viene, Sosa afirmó que las clases virtuales poco ayudan porque el aprendizaje se da cara a cara y las restricciones imposibilitaron enseñar con libertad. “Sin embargo, mis alumnos concurren a buenos colegios privados por lo que el nivel académico actual no es tan malo. Aun así los padres deben exigir más a sus hijos y ser menos obsecuentes para que el sistema educativo mejore. Quizás la vuelta a clases nos beneficie, recién arrancamos así que hay que esperar’’, expresó.
(Producción periodística Milagro Assa)