Talleres lo descifró. Los dirigidos por Alexander Medina, con la victoria por 2 a 1 ante Boca, lograron lo que tres equipos en lo que va del año no pudieron. Como Gimnasia de La Plata, Sarmiento de Junín y Claypole (por la Copa Argentina), los cordobeses empezaron ganando, pero a diferencia de sus rivales, ganaron el partido correspondiente a la sexta fecha de la Copa de la Liga Profesional ¡en tiempo de descuento!
Talleres, que solo ganó en la primera fecha ante Patronato en Córdoba, como todos los equipos del fútbol local tomó nota que el equipo de Miguel Ángel Russo es vulnerable. Por ratos, esa vulnerabilidad es extrema y no hace falta estar demasiado alertas para aprovecharlas. Los rivales que visitan a Boca atacan sin que esa histórica camiseta los inhiba.
De eso se aprovechó Talleres en el minuto 13 -sí, el de la mala suerte- en el que el Boca de la desconcentración, de la falta de comunicación, de la poca creación, en fin quedó en evidencia. Un despeje desastroso de Esteban Andrada, dejó servido el balón para el equipo cordobés que no se achicó ante semejante “regalo”. Los de Medina, en pocos toques, usaron tan bien los metros que tenían que pasaron al frente en el marcador gracias a la atención con la que Carlos Auzqui siguió la jugada que por poco, en el primer remate, no fue gol de Mateo Retegui en el mano a mano con Andrada.
En cómo mantener la ventaja en La Bombonera iba a estar la clave del segundo tiempo. Las opciones para que el excelente planteo cordobés haya sido diezmado por los “xeneizes” eran pocas. Prácticamente sólo podía llegar si Talleres, que siguió dominando las acciones en el complemento, se descuidaba. Y ni siquiera en la línea de la desatención del rival se puede ubicar el modo en que los de Russo casi logran rescatar un punto y, en consecuencia, poder evitar la hecatombe semanal que se avecina a partir de hoy.
El empate transitorio fue gracias a Michael Santos, que había ingresado poco antes de ser el protagonista de la jugada desafortunada. El delantero uruguayo quiso colaborar en la tarea defensiva de la “T”. El cabezazo no fue de despeje, sino de gol en contra. Sin embargo la mala suerte no fue el rival que venció a Talleres y, claro está, mucho menos lo fue Boca que dependió demasiado de Carlos Tevez, el que más claridad aportó. Los cordobeses no claudicaron en su intensa presión colectiva, mientras que Boca levantó el nivel, pero no le alcanzó para lo que seguía proponiendo Talleres.
El trámite se volvió de ida y vuelta. Hubo una acción dudosa sobre Frank Fabra cuando ingresaba al área, otra clara para el “xeneize”. En tiempo de descuento, Talleres pudo poner justicia porque fue el que hizo todo el desgaste de un modo prolijo.
Nuevamente favorecido por errores colectivos de Boca, Diego Valoyes, uno de los puntos altos de los cordobeses, entró sólo, exactamente por el centro del área hasta casi el punto penal. Con un excelente gesto técnico puso el interior de su tobillo derecho para marcar el gol del triunfo y dejar expuesto que Boca sigue sufriendo una gran vulnerabilidad en su cancha.