Tiene que ser cortada a cuchillo, no lleva papa ni otra verdura que no sea un poco de cebolla de verdeo. Tiene comino (¿o no?). Hay a lo sumo dos repulgues, no 20. ¿Empanada de humita? ¡Una aberración como comer la empanada con tenedor! La legendaria disputa entre provincias norteñas por poseer las empanadas más sabrosas no se apacigua con ninguna declaración ni distinción. La empanada es de todos y no es de nadie. Y aunque parece que toda señora, señor, joven o vieja comprovinciana puede saber hacer una buena empanada tucumana, un nombre se grabó como sinónimo de la mejor: Sara Figueroa, la campeona de la empanada. Su nombre completo era Sara Moyano de Figueroa y era oriunda de Leales pero vivió desde niña en Famaillá. A los 54 años ganó su primer certamen en la Fiesta Nacional de la Empanada. Desde entonces su nombre creció al ritmo de los paladares que degustaban sus empanadas. Con tal fama a cuestas, pasó de Famaillá a Tucumán. Se instaló primero en calle 24 de Septiembre al 300 y luego frente a la Casa Histórica. Tuvo cuatro hijos. Murió hace poco, a los 89 años, el 22 de febrero de 2019.
Mujeres de nuestra provincia: Sara Figueroa