El hecho de haber podido aceptar la invitación para competir en la Liga Argentina Femenina (LAF) ya fue un triunfo de Tucumán de Gimnasia. El objetivo primario era acumular experiencia y de la mejor que pueda haber en el país, antes que conseguir un puesto determinado. “Lo que jugamos o entrenamos en dos años en Tucumán, nosotros lo hicimos en dos meses”, estimó Yamil Chaya. La reflexión del técnico de “Las Lobas” demuestra la rigurosidad del torneo en el que sus dirigidas jugaron dos etapas y no pudieron avanzar a la ronda final. De antemano, por la conformación de los planteles que compitieron en la LAF y la decisión de priorizar a las jugadoras del club, se podía estimar un rendimiento como el que tuvieron. “Obvio que los resultados deportivos no fueron buenos”, reconoció Chaya. “Jugamos 30 sets y ganamos uno. Merecimos ganar otros parciales, pero nos faltó experiencia”, explicó el ex jugador. Ese era el riesgo de no reforzarse como si lo hicieron varios de los planteles que compitieron en las “burbujas sanitarias” que se armaron en La Plata y La Rioja, sedes donde se jugó la fase regular. “El plantel está compuesto por 25 jugadoras, de las cuales 22 son del club. Pudimos absorber toda la experiencia con nuestras jugadoras. Todo generó un crecimiento gigantesco”, celebró Chaya.
El técnico confía que, principalmente en los torneos locales, la evolución se notará. “Es el principio de una nueva visión del voley femenino en Tucumán de Gimnasia”, estableció Chaya.