Acerca de la administración de la Casa Histórica de la Independencia, tema recurrente en los últimos tiempos, será una cuestión siempre difícil de resolver como muchas cosas en la Argentina, donde distintos intereses buscan sacar provecho.
Más allá de esta sentencia, pensar en ello no es un desvarío. Por el contrario, y en virtud de lo que vino sucediendo sobre el inmueble en los últimos tiempos, es una necesidad imperiosa que dicho gobierno recaiga sobre los tucumanos.
Más allá de que la propiedad pertenezca al Estado nacional, que la adquirió en 1874 y declaró Monumento Histórico Nacional en 1941, una gestión y voluntad política debería aportar los instrumentos correspondientes o ley, aprobando el traspaso para que la responsabilidad administrativa recaiga sobre nuestra provincia. Sería en cierto modo refrendar ese espíritu federal, que en los albores guió a los hombres que bregaron por la idea de emancipación y libertad de nuestra Nación.
Está claro que al tratarse de un edificio que representa nuestro surgimiento como Patria y manifestación del ser nacional, su protección debe estar sujeta a parámetros inmutables en la materia. En relación a su manejo funcional, y el guión expositivo de su contenido, celosamente resguardado, consideramos que esa responsabilidad, puede ser asumida en el orden local. Como sabemos existen especialistas en el ámbito provincial capaces de gestionar una institución cultural de este rango, pudiendo conseguir que la misma logre una autonomía económica y programática.
Ventajas
Un manejo local evitaría tardanzas y disminuiría la burocratización de cualquier trámite haciendo más eficaz su funcionamiento y control de todas las actividades, es decir su planificación y procesos estratégicos, induciendo a que el museo, su arquitectura y el entorno que lo rodea oferten una gama importante de servicios que lo hagan un sitio con experiencia memorable para quien lo visita.
En concreto, haciendo una lectura consciente, descartando que se deba asignar un presupuesto aceptable de apoyo a este cometido y a la cultura en general, hay que sumar profesionalidad y lucidez a fin de llevar adelante la gestión, pues si se materializara resultaría provechoso para nuestra provincia en muchos aspectos.