El jugador de River, Federico Girotti, desbordó por la derecha y lanzó el balón hacia el área chica. Se trataba de un centro casi sin destinatario, cuando el superclásico se cerraba. El reloj marcaba los 44 minutos del segundo tiempo y ninguno de los dos históricos rivales se podían sacar ventaja. Boca y River igualaban 1 a 1.

Sin embargo, la pelota área rebotó en una segunda acción en el defensor “xeneize” Carlos Izquierdoz, en momentos en que este disputaba la posición con el delantero Julián Álvarez. La jugada sorprendió a todos, incluyendo al arquero Esteban Andrada que no pudo atrapar el balón debido a que se encontraba de espaldas al arco.

La pelota se metía entre los tres palos, lo que hubiese significado el 2 a 1 para el “Millonario”. Sin embargo, continuó girando, hasta cambiar de dirección. Dos botes terminaron de redireccionar la trayectoria, y salvaron al equipo de Miguel Ángel Russo.

La jugada se deshizo de manera definitiva con una atajada mano a mano de Andrada ante otro futbolista de River.