Hace un año, para esta fecha, los alumnos del último año ya habían celebrado su Último Primer Día (UPD) y se encontraban llenos de sueños y expectativas para su año escolar. Hoy, todavía siguen pendientes la realización de la cena y viaje de egresados, exteriorizaciones del fin de un ciclo en la vida. Ya sea por miedo, precaución, gastos o por las nuevas responsabilidades (estudios o trabajo) los jóvenes tucumanos de la promoción 2020 deben plantearse si participarán de su gira en condiciones pandémicas o si la cancelarán y recuperarán parte de lo abonado.

Todo adolescente sueña con ser “promo”, llegar al último año de secundaria y vivir la elección de la remera y de la campera de egresado, la cena y el tan ansiado viaje de fin de curso. En tiempos de coronavirus, estas experiencias se vieron truncadas por el riesgo de los contagios, que puso en jaque la educación. Clases virtuales, aislamiento, y tradicionales actividades de egresados postergadas se volvieron temas comunes para los jóvenes que tuvieron que amoldarse a esta nueva realidad.

Pensarlo dos veces

Ana Paula Aragón tenía su viaje de egresados a Bariloche pautado para agosto del año pasado. Por la pandemia, se pospuso para la segunda quincena de septiembre; luego para fines de octubre; después llegó diciembre y vinieron las pruebas piloto fallidas. Posteriormente, la empresa les comunicó, a fines de febrero, que el viaje se va a realizar entre abril y julio de este año. La joven cuenta que durante estos meses la agencia con la que viajan se encargó de actualizarlos a medida que había novedades. “Una vez que confirmaron que el viaje se realizaría, también nos avisaron que quienes habían pagado la totalidad del viaje no tendrían que pagar ningún tipo de diferencia, a excepción de la tasa aeroportuaria, pero que sí se reactualizarían las cuotas para quienes no habían terminado de abonarlo”, explica. Quienes no quieran viajar, podrán recibir un reintegro del dinero menos los gastos administrativos.

Según cuenta la egresada del Colegio Guillermina, varios de sus compañeros decidieron no viajar. “Algunos por decisión propia, otros porque sus amigos no podían o no querían viajar. Yo sinceramente lo dudé porque, por una parte, siento que ya estoy en otra etapa de mi vida y también porque no sé hasta qué punto será el ‘típico viaje de egresados’”, admite. Por el momento, Aragón viajará, ya que considera que es la manera de darle un cierre a la etapa escolar y compartir por última vez con sus compañeros, aunque no descarta replantearse su decisión en caso de que las fechas se superpongan con exámenes de la universidad. La ahora estudiante superior se muestra preocupada porque todavía hoy no sabe la fecha en que partiría y si le justificarían las faltas. “En caso de que las fechas coincidan con algún examen parcial, por ejemplo, tendría que pensar dos veces si realmente irme o no. Ojalá que no suceda”, comenta.

Sin entusiasmo

Valentina Cisneros tenía fecha junto a sus compañeros del Instituto San Martin para viajar a Bariloche el 15 de agosto de 2020. Por razones obvias, no pudo ser. Cuenta que fue ella la que decidió no viajar ahora. “Ya no tengo entusiasmo, me pasó la emoción, al igual que con la cena, que se supone tenemos el 19 y no va casi nadie”, revela. La segunda razón son sus estudios y el costo que representan viaje y cena en el presente.

Al iniciar el aislamiento algunos de los interesados dejaron de pagar las cuotas de la gira, al no saber cómo se iba a desenvolver la situación epidemiológica. “Entonces, al no seguir pagando las cuotas, nos aumentaron el precio”, explica. Durante una reunión entre agosto y septiembre, la empresa les ofreció viajar a Bariloche entre octubre y enero. “No iba a haber nieve, nos sacaban dos excursiones que ya no íbamos a poder hacer, pero nos agregaban un día. A mí no me gustó, yo quería ir a Bariloche por la nieve y no me llamaba la atención ir en pleno diciembre”, expone. La empresa también les ofreció cambiar el viaje a Carlos Paz, a lo que Valentina se negó. Finalmente, decidió dirigirse a la sucursal y pedir el reembolso. “Me devolvieron menos de la mitad de la plata”, afirma. Cisneros tomó la decisión sola, sin hablarlo con su padre, porque consideraba que viajar implicaba una erogación extra importante por el aumento. “Me parecía que era muchísimo y que no iba a valer la pena ni iba a ser lo mismo”, concluye.

Cancelaciones

Se devuelve el 75% de lo pagado

Fernando Herrera, gerente de la sucursal tucumana de una empresa nacional especializada en viajes de egresados a Bariloche, asegura que el 70% de sus pasajeros todavía quiere o tiene ganas de hacer la gira soñada. “Solicitamos una lista de pasajeros que tengan la intención de hacerlo. En base a esa lista armamos la diagramación y tenemos en cuenta que, por ahí, si nosotros pasamos la opción de fecha va a haber pasajeros que justo esa semana no pueden viajar, entonces van a poder cancelar”, manifiesta sobre la política comercial a implementar. En realidad, -cuenta Herrera- esto depende de la resolución que el Gobierno nacional publicó en noviembre, por la cual se devuelve el 75% de lo abonado hasta en dos partes. Con respecto al viaje, deben reprogramarlo en fechas dentro de los 12 meses a partir del levantamiento de las restricciones, que fue en diciembre, con una opción que respete estacionalidad, precio y calidad. Respecto a las inasistencias de los viajeros a sus cursos universitarios, un tema recurrente que preocupa a los estudiantes, y al rumor existente sobre que podrían ser justificadas, explica: “se estuvo hablando con el Ministerio de Educación, el Estado Nacional en sí y las universidades. Pero es algo que no quedó definido”, asevera.

(Producción periodística: Nicolás Sánchez Picón)