¿Cuáles es la estrategia que el Gobierno ha puesto en marcha para evitar cambiar el humor del electorado? Desde el punto de vista económico, y a juzgar por las acciones observadas en las últimas semanas, la gestión del presidente Alberto Fernández ha decidido basar su plan electoral en el atraso del tipo de cambio, un coyuntural freno a los reajustes tarifarios, el control de precios (frente a una inflación que en el caso de Tucumán superó el 9% en dos meses) y la mayor intervención en el mercado de bonos para lograr disminuir la brecha cambiaria.

Además, este mes volvió a identificarse un nuevo giro por parte del BCRA hacia el Tesoro Nacional por $ 70.000 millones, marcando una expansión de las necesidades financieras, en contraste con lo que ocurrió en el bimestre anterior, advierte un reporte elaborado por Invecq Consulting.

Ese programa, no obstante, carece de una visión de largo plazo, por lo que la consultora visualiza cuatro riesgos que se corren para lograr la estabilidad de la economía, que romperían con los escenarios actuales para lo que resta del año: el rebrote de la Covid-19, la sequía, la aceleración inflacionaria y la persistencia de los actuales niveles de riesgo país. Todos eventos correlacionados.

La pandemia. Según Invecq, los países que logren anticiparse a tener a su población vacunada serán los que de manera más rápida recuperen su actividad económica. El resto, continúa expuesto a un nuevo rebrote que pueda obligarlos a volver a cerrar su economía, volviéndolos a adentrar en un ciclo recesivo. Mientras que el promedio mundial se encuentra en torno al 4% de la población vacunada con una dosis, las economías avanzadas llevan vacunadas un 15% del total de su población. Dentro de Latinoamérica se destaca el caso de Chile, que supera el 32%, mientras que Argentina se encuentra en línea con el promedio: 4,25%. Sin embargo, el ojo debe estar puesto en el ritmo de vacunación reciente, planteado por la velocidad acumulada de la última semana, donde nuestro país se encuentra muy por debajo de Chile y Uruguay peor continúa con una curva ascendente. A criterio de la consultora, las posibilidades de que la Argentina pueda soportar una nueva cuarentena de la intensidad de la ocurrida en 2020 son estrictamente nulas. La posibilidad de emitir 8 puntos del PBI para sostener gastos del Estado tal cual sucedió el año anterior, es legal y macroeconómicamente insostenible. El nivel de riesgo país actual deja a la Argentina imposibilitada de acceder a los mercados internacionales de deuda para financiar sus gastos locales y la monetización del déficit ya está mostrando su impacto en los desequilibrios macroeconómicos, con una inflación que continúa en ascenso y ya corre al 58% anualizada.

Las presiones cambiarias. Este año podrían ser más bajas que el anterior tanto por el lado de la oferta como la demanda. En caso de concluirse una cosecha aceptable (aunque más baja que la temporada 2019/20) por el simple hecho de tener precios de commodities muy superiores y estables, podrían ingresar al país cerca de U$S 7.000 millones más que el año pasado, de los cuales una gran parte se volcarían al mercado de cambios en caso de no retrasar la liquidación más que el promedio de años anteriores.

La sequía. Este fenómeno aparece como una amenaza para la dinámica agroexportadora. Para darse una idea, la Bolsa de Comercio de Rosario redujo sus proyecciones de 49 millones de toneladas de soja a 44 millones para toda la temporada y la incertidumbre sobre esto está vigente. Por ahora, la pulseada es positiva a partir del gran avance de los precios internacionales, que, de no sufrir demasiadas alteraciones en los niveles de demanda proyectados, deberían permanecer en estos niveles. A su vez, la compresión del dólar ahorro efectuada en octubre, que generará menor demanda que la del año previo sumado a un moderado crecimiento del turismo y al cierre de las importaciones y la reestructuración de deuda del sector privada ya dispuesta por el Banco Central, amortiguarán la presión sobre la demanda oficial.

Las reservas y el Riesgo País. El caudal de reservas netas sigue siendo acotado, hoy cercano U$S 3.000 millones y dada la estrategia del BCRA de continuar interviniendo en el mercado de bonos, la posibilidad de incrementarlas se ve reducido, advierte Invecq. Hay poco margen para atrasar el tipo de cambio a la misma velocidad que en 2015, aunque según la pauta del presupuesto el atraso sería del tipo de cambio real sería del 6% en el año y ajustado por la inflación esperada por el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), difundido por el Central, este alcanzaría el 20% en el año, solo por cuestiones locales. "El último factor es el nivel de Riesgo País, que hoy supera los 1.600 puntos básicos y se acerca a los mismos niveles luego del salto en las PASO de 2019, lo que lleva a inducir un escenario de default. Si no hay acuerdo con el FMI ni un sendero creíble de ajuste de la política fiscal, difícilmente se pueda lograr una reducción del riesgo, que pone piso al nivel de brecha cambiaria", finaliza el reporte.