Brasil batió nuevamente su récord de muertes diarias por coronavirus, con 1.972 en las últimas 24 horas, y dejó atrás la anterior marca máxima que había anotado hace solo seis días, se informó oficialmente.

Con esos guarismos, el país acumula desde el comienzo de la pandemia 268.370 fallecimientos por la enfermedad, rubro en el que es superado únicamente por Estados Unidos, reportó esta noche el Ministerio de Salud.

El anterior récord de defunciones diarias había sido registrado el miércoles pasado, con 1.910.

Asimismo, en las últimas 24 horas se computaron 70.764 nuevos contagios, lo que elevó la cantidad de casos confirmados desde el comienzo de la pandemia a 11.122.429, de los cuales 1.010.841 personas tenían la infección activa.


Muerte por falta de camas en San Pablo

Mientras tanto, la dramática situación que vive Brasil a causa de la pandemia presentó otro episodio doloroso cuando se supo que al menos 11 pacientes murieron en los últimos días en la ciudad de Taboão da Serra, en el interior del estado San Pablo, a la espera de una cama en los hospitales, desde hace tiempo desbordados.

"Tenemos a 11 pacientes intubados, 16 esperando transferencia vía Cross (el sistema para transferir pacientes a otros hospitales del estado) y 11 fallecidos; desgraciadamente, esos 11 fallecidos estaban esperando una plaza en cuidados intensivos", lamentó en conferencia de prensa la secretaria adjunta de Salud de la ciudad, Thamires May.

El pasado viernes se registró el primer fallecimiento y ayer, los dos últimos. La edad de las víctimas variaba entre los 52 y los 95 años.

Esta es la primera ciudad del estado San Pablo que registra muertos por falta de plazas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales y, según informó la agencia de noticias Sputnik, en Taboão da Serra, de casi 300.000 habitantes, ya no hay camas de terapia intensiva en sus hospitales.

La ciudad se encuentra en el área metropolitana de San Pablo, que actualmente tiene el 81,2% de sus camas de UCI ocupadas.

Varios estados brasileños tienen los sistemas hospitalarios colapsados y algunos, como Santa Catarina o Minas Gerais en los últimos días empezaron a trasladar pacientes en avión a otras regiones.

Pero en pleno flagelo, el presidente Jair Bolsonaro insiste en no decretar cuarentenas y en minimizar los efectos de la enfermedad y en rechazar las medidas de prevención impulsadas en casi todo el mundo, como cuarentenas y restricciones a la circulación.