Roberto Sagra estuvo muy cerca de quedar en la historia como el único presidente “santo” en lograr dos ascensos a la máxima categoría durante un mandato de tres años.
En la temporada 2017/18, luego de enderezar el barco en el medio del río gracias a la llegada de Darío Forestello, San Martín vapuleó a Sarmiento de Junín en la final del Reducido y logró el ascenso a la Superliga.
El descenso de categoría en 2019 fue un gancho al mentón, pero el ahora expresidente contrató a la dupla técnica Favio Orsi-Sergio Gómez y armó un plantel competitivo. Esa fue una de las claves de la gran campaña que encadenó un equipo que en la cancha sabía de memoria el libreto a utilizar y que sumó 44 puntos en 21 fechas.
Pero la pandemia impidió que el equipo pueda ponerle el broche de oro a una campaña que pintaba para ser histórica y le negó a Sagra la posibilidad de entrar en la historia “santa”.
“Es una sensación rara el tener que dejar el club, pero la verdad es que me voy conforme con todo lo que hice. En el balance creo que fueron más cosas positivas que negativas”, aseguró hace algunos días quien ayer le entregó el mando a la nueva dirigencia y que prometió seguir trabajando por el club: “como siempre, seguiré apoyando al club que llevo en mi corazón”, dijo.