En exactamente una semana comenzará la segunda temporada de la Superliga Americana, ese torneo que nació en 2020 como una apuesta a futuro para la región (entendiéndose por tal al Cono Sur), pero que ante la reestructuración del orden rugbístico mundial a causa de la pandemia se transformó en un salvavidas para la UAR y su necesidad de mantener a flote la marca Jaguares. Por lo menos, hasta conseguir alguna otra competencia de mayor nivel que cobije a su franquicia estrella, desahuciada del Súper Rugby.

Daniel Hourcade, cabeza del alto rendimiento en Sudamérica Rugby y uno de los arquitectos del torneo, admite que el cambio de escenario “aceleró los tiempos”, pero que confía en el potencial de la SLAR para hacer frente al desafío de servirle también al ya desarrollado rugby argentino y no sólo a los otros. “Era algo que iba a pasar, tarde o temprano. A eso apunta este torneo. Siempre se dice que hay que agrandar la base, pero la única forma de hacerlo es con competencia. Y esto le brinda esa posibilidad a jugadores que, si hasta los 20 años no habían estado en un seleccionado juvenil, se te iban a ligas de segundo o tercer orden en Europa. Con esto sí se agranda la base, porque ya no sólo contás a los argentinos que juegan en Jaguares XV, sino también a los que están en otras franquicias. Para mí sería un éxito que, si en el futuro se diera lo de la Currie Cup, haya entre los convocados uno o más jugadores que hayan estado en otras franquicias de la SLAR”, comentó “Huevo”.

Confirmado ya que el torneo será transmitido por ESPN, finalmente ayer se dio a conocer el fixture del torneo, cuya primera fase se llevará a cabo en Chile en formato de burbuja sanitaria. Las primeras dos fechas (16 y 21 de marzo) se jugarán en Santiago de Chile, mientras que las siguientes tres (25 y 30 de marzo, y 4 de abril) en Valparaíso.

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Consultado sobre la dificultad que pudiera generar para los planteles estar en una burbuja, Hourcade apeló a su experiencia al mando de Pampas XV en los tiempos de la Vodacom Cup. “Con ellos estuvimos durante los tres meses que duraba el torneo en un predio en Potchefstroom. No había pandemia, pero afuera era peligroso, así que debíamos salir todos juntos porque íbamos con guardias. Estuvimos tres meses ingeniándonos para matar el tiempo dentro de un predio. Cocinábamos, hacíamos cine, torneos de juegos y demás. Y el día que nos fuimos, lloraron todos. Nadie se quería ir. Siento que a estos chicos de ahora les va a pasar lo mismo. Lo que están haciendo es un esfuerzo, no un sacrificio. No podrán hacer muchas cosas, pero podrán jugar. Hace un año que no lo hacen y están desesperados”, resumió.

Cuestión de tiempo

De acuerdo al fixture, Jaguares XV (dirigido por Ignacio Fernández Lobbe) cerrará la fecha inicial el martes a las 20, ante Cobras (Brasil). La abrirán Peñarol Rugby (Uruguay) y Olimpia Lions (Paraguay) a las 13. Luego, desde las 16.30, jugarán Selknam (Chile) y Cafeteros Pro (Colombia).

Hourcade advirtió que, dada la prolongada inactividad, cabe esperar errores y asperezas en los primeros partidos. “Se estuvieron preparando muy bien, pero la plenitud física y técnica se va ganando con el tiempo. Seguramente, después del primer mes de competencia, podamos ver a los equipos en su mejor nivel”, anticipó el tucumano.

Dada la necesidad de reducir costos, los equipos jugarán cada cinco días, por lo que se verán en la necesidad de hacer rotaciones para administrar las cargas en sus planteles de 30 jugadores. “El económico fue un factor muy importante a la hora de tomar decisiones. Lo ideal hubiera sido jugar cada siete días y con un plantel de 34 jugadores cada uno, pero había que ajustarse. Se redujeron costos, se armaron paquetes de traslados y demás, de tal suerte que las franquicias están gasta una tercera parte de lo que desembolsaron el año pasado. Por la pandemia, sufrieron pérdidas significativas, y no le podíamos pedir otro desembolso similar. Sin ajustarlo, hubiera sido imposible hacerlo”, explicó.

Por otro lado, descartó que en el futuro cercano puedan sumarse franquicias de otros países de la región. “Ojalá se pudiera. Lo que pasa es que, con la inclusión de Colombia, ya están todos los países que consideramos prioritarios. Es decir, los que están en condiciones de tener alto rendimiento. Lo que todavía no tienen esos requisitos son el siguiente escalón, el del desarrollo, en los que también estamos trabajando para que en algún momento puedan llegar al alto rendimiento. Queremos acompañarlos en eso”, comentó.

Con el mismo argumento descartó también la posibilidad de una segunda división en la SLAR, con la posibilidad de ascenso y descenso. “Soñar no cuesta nada, pero incluso dentro de los países que llamamos prioritarios, hay algunos que tienen más nivel que otros. Por eso, si bien nos gustaría llegar a eso, creemos que hay que ir con prudencia. Esto es un proyecto a largo plazo, cuyo resultado final no creo que yo llegue a ver. Apuntamos a que toda la región tenga una buena competencia. Por lo pronto, al objetivo de que se juegue con los mejores jugadores y entrenadores posibles de la región lo hemos conseguido en un 99%”.