Un estudio de la Universidad Johns Hopkins informó que cerca de 2,59 millones de personas han fallecido desde que fue declarada la pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El reporte de la universidad indicó también que el número de contagiados asciende a 116,7 millones en todo el mundo.
Las cifras se basan en los reportes comunicados diariamente por las autoridades sanitarias de cada país y excluyen las correcciones realizadas a posteriori por los diferentes organismos, como en Rusia, España o Reino Unido.
Ayer, se registraron en el mundo 8.431 nuevas muertes y 406.668 contagios y los países que más fallecidos registraron son Estados Unidos con 1.752, Brasil (1.555) y México (779).
La cantidad de muertos en Estados Unidos asciende a 524.362 con 28.952.953 contagios, seguido por Brasil, con 264.325 muertos y 10.938.836 casos, México, con 190.357 muertos y 2.125.866 casos, India, con 157.756 muertos y 11.210.799 casos.
Desde el comienzo de la pandemia, Europa suma 873.514 fallecidos (38.570.868 contagios), América latina y el Caribe es la región más golpeada del planeta con 696.644 muertes y 21.980.365 contagios mientras Asia informó de 259.298 muertes y 16.342.065 de contagios y Medio Oriente 106.064 fallecidos y 5.692.658 de contagiados, África 105.554 decesos y 3.960.023 casos y Oceanía 953 muertes y 32.748 infecciones.
El reparto de vacunas sigue siendo un problema creciente. A mediados de enero la Organización Mundial de la Salud informó que el 95% de las vacunas está concentrado en diez países (Estados Unidos, China, Reino Unido, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Italia, Rusia, Alemania, España y Canadá).
Con el objetivo de mediar en un tema que se anticipaba complicado en abril de 2020 la OMS y la Alianza Gavi para las vacunas habían lanzado el mecanismo Covax, un dispositivo cuyo objetivo es garantizar el acceso equitativo a las vacunas y facilitar que los países más pobres cuenten también con las dosis necesarias.
Sin embargo, desde los primeros meses del 2021 la alta demanda de dosis y la incapacidad de los laboratorios de cumplir con los compromisos asumidos con varios países desató una pulseada con varias potencias que exigieron el cumplimento del calendario de entregas, lo que impactó de lleno en Covax y la planificación original.