Las malas condiciones de las instalaciones de la Escuela 179 Juan Alfonso Carrizo, de La Florida (Taco Ralo), contribuyeron a que unos nueve docentes del nivel primario decidieran no iniciar el lunes el ciclo lectivo presencial.

El temor a contagiarse de Covid-19 se agita entres docentes y padres de alumnos al conocerse que en un colegio privado de la zona la rectora resultó positivo del virus. En la propia Escuela 179 otra auxiliar está aislada al tener síntoma de la enfermedad.

Los docentes  denunciaron  que éste establecimiento, además de estar en una situación sanitaria inadecuada, no cuenta con personal de limpieza y carece de elementos de higiene y para el  control de temperatura de los alumnos. El edificio de la Alfonso Carrizo, construido en la década del 70’, está a unos 12 kilómetros al oeste de Taco Ralo, a orillas de la precaria ruta 334. “La ventilación de las aulas es deficiente, con vidrios rotos en puertas y ventanas y el cielorraso se encuentra también dañado. Los baños  además de ser insuficientes para la cantidad de alumnos que asisten (90 al nivel primario y otros 90 al secundario), se encuentran en condiciones inadecuadas y el tanque de agua está sin tapa y con roturas”, expusieron los educadores en un acta que elevaron al gremio de ATEP. De esta manera justificaron su inasistencia para dictar clases. La decisión de los educadores es apoyada por numerosos padres. Estos admiten sobre el virtual estado de abandono en que se encuentra el establecimiento y temen por la salud de sus hijos. Para colmo de males la desconfianza se profundizo al  trascender el caso sospechoso de coronavirus en la auxiliar que, mientras permanece aislada, espera el resultado de un hisopado. Por eso el local permanece cerrado, según confirmó la maestra Silvia Villafañe, representante gremial.

La Escuela exhibe el deterioro  por las décadas sin refacciones y la acción de ladrones y vándalos. En los últimos meses fue despojada de una cocina industrial, garrafas, utensilios y muebles del comedor escolar, entre otros elementos. “Ahora no habrá medios para  cocinar y darles la comida a los chicos” advirtió Villafañe. Del frente sustrajeron además un portón metálico. El establecimiento fue víctima de más de seis robos en dos años, según los lugareños.

En éste edificio por la mañana funciona el nivel secundario y por la tarde el inicial y primario. “Los más expuestos son los chiquitos del inicial. Ellos son los que menos pueden concurrir a clases ante el deprimente estado de la escuela. El patio de juegos está destruido. Lo único que se hizo en el inmueble fue desmalezar y desinfectar” aseguró Villafañe. La comisionada comunal, Claudia Ferrari, admitió la necesidad de mejoras que demanda el edificio escolar y adelantó que “ya está en vía de concretarse un proyecto de ampliación del local a través del Ministerio de Educación”. Y aclaró que ahí sí se hicieron varios trabajos. “Además de desmalezar y desinfectar, se arreglaron las instalaciones sanitarias, se cavó un pozo nuevo y se mejoró la provisión de agua. Hace falta ampliarlo porque aumentó bastante la matrícula escolar. En nuestra jurisdicción hay 12 escuelas que están a distancias alejadas y no es fácil abordar una solución en forma conjunta, principalmente porque varios trabajadores permanecen con licencia al ser de riesgo” apuntó la funcionaria. “Pese a las dificultades del momento estamos trabajando, mientras otros la aprovechan para hacer política y conspirar contra el regreso a las aulas”, dijo Ferrari. Al mismo tiempo aseguró que el local si tiene un empleado de limpieza.

Temores

“Tengo miedo de que mi hijo regrese a clases por el virus. Es que él sufre de un problema en la garganta y va a estar expuesto a contagios. Ningún chico va a soportar el barbijo. Además a la escuela no se la ve en buenas condiciones. Pero le hace falta volver al aula porque pasó a segundo grado y no sabe casi nada. Perdió mucho con la pandemia”, dijo Gloria Susana Cuenca, de La Florida. “Por aula no va a haber más de cinco chicos, dicen. Y van a tener que usar máscaras porque al barbijo -insistió- no lo van a aguantar. La cuestión es que son caras y nadie les va a regalar” apuntó. María Luna también planteó su temor a que su hija con asma se contagie con el regreso a las clases presenciales. “Ella se tiene que cuidar mucho. Y en esa escuela le va a resultar difícil porque se la ve muy precaria. Los baños son reducidos y pocos para tantos chicos” expuso la mujer. “Si las maestras no se presentan a trabajar tampoco nosotros mandaremos a nuestros hijos” advirtió. “Hace falta que vuelvan a abrir las escuelas. Pero en condiciones adecuadas porque estamos ante una emergencia sanitaria. Aquí hasta nos estamos quedando sin camino”, remató la mujer.