Ni la lluvia impidió que continúen los operativos de control de velocidad vehicular a través de radar, que implementa la Municipalidad de Yerba Buena. Durante la madrugada y el día de ayer (y anoche, al cierre de esta edición, se disponía todo para darle continuidad), personal de Tránsito y de la Guardia Urbana chequearon las principales arterias de la Ciudad Jardín, enfocándose principalmente en las avenidas Perón y Aconquija, donde también se chequearon la documentación y el consumo de alcohol.
Oficialmente, se informó que la tarea se desarrolló en forma tranquila y que la respuesta de los conductores fue positiva en términos generales. El secretario de Seguridad del municipio, Mauricio Argiró, dijo que el viernes (en el primer día) se advirtió por exceso de velocidad a 30 conductores: 17 durante la siesta y la tarde y 13 durante la noche, momento en el que además se secuestraron dos vehículos.
“La idea es que los controles se hagan todos los días, siguiendo los horarios de mayor flujo en puntos donde resulte útil”, señaló Argiró, haciendo hincapié en que tanto en avenidas como en calles las personas deben respetar los límites de velocidad establecidos por la Ley Nacional de Tránsito.
Respaldo tras el volante
Hernan Ysa tiene 21 años, vive en Yerba Buena y circula todos los días por las avenidas Perón y Aconquija; en la jornada de ayer pudo notar los primeros controles. Hace hincapié en que los más firmes deberían ser en las horas pico y en los fines de semana por la madrugada.
“Esta nueva medida mejorará significativamente la comodidad de peatones y conductores, ya que los vehículos, al circular todos a la misma velocidad, darán más tiempo para realizar las maniobras cotidianas y se reducirá la cantidad de accidentes -acota-. Pero esto funcionará mientras el sistema marche armoniosamente, desde la constancia en los controles hasta el pago efectivo de las multas”.
Raúl Rivas (de 39 años) también se muestra a favor de la iniciativa; sin embargo, considera que debe ir acompañada de mayor información, y que los conductores deben saber previamente con claridad cuáles son las velocidades requeridas en cada calle o avenida. “Espero que las medidas sean justas y no provoquen una ola de multas injustas”, alerta.
Rosa Juárez (48 años) suma su voz de apoyo al control con radares. Considera que es responsabilidad de cada uno no superar la velocidad máxima en cada lugar por el bien de la comunidad; pero al no ser así, es necesario aplicar multas y las medidas correspondientes. Ayer pudo presenciar durante la mañana los controles sobre avenida Aconquija mientras circulaba por ahí en su auto.
“Nunca fui víctima de un accidente ni presencié ninguno por la zona. Sin embargo, los fines de semana durante la madrugada, es común que utilicen el Camino de Sirga para correr carreras”, señala.
Por el contrario, Valentina Martensen (19 años) opina que poner radares no va a solucionar la problemática de los accidentes ni las faltas de tránsito. Si bien reconoce que en Yerba Buena se están tomando medidas para subsanar esta situación, sugiere que se deberían montar una mayor cantidad de semáforos en las esquinas peligrosas, carteles de advertencia y lomos de burros.
La joven obtuvo el carnet de manejo hace poco tiempo y se encontró en algunas oportunidades a punto de colisionar con otro vehículo debido a que muchos circulan en altas velocidades y no miran hacia ambos lados antes de cruzar una intersección. “Siempre trato de evitar la avenida Aconquija y utilizo calles internas porque considero que es un poco más seguro”, afirma.
“El problema es que el radar se coloca al poco tiempo de un accidente, pero luego se saca y la gente no toma conciencia. No sé si esta medida va a funcionar porque me parece que es un tema mucho más complejo”, sostiene Silvia Cotic (62). Por eso, cree que se deberían analizar en profundidad una serie de medidas a largo plazo que acompañe la radarización y solucionen en conjunto realmente la problemática. “Estoy de acuerdo siempre y cuando se mantenga en el tiempo y se realice de manera correcta”, agrega.
Lo más preocupante para ella es que los peatones no pueden cruzar la calle si no hay un semáforo o un inspector de tránsito. Y se queja de que las motos son las menos controladas y las que más siniestros provocan, ya que pasan en rojo todos los semáforos y sus conductores casi nunca llevan cascos.
Tomar conciencia
El principal objetivo de esta medida en la primera etapa es que quienes circulan por Yerba Buena se adapten a este nuevo sistema de control que, por el momento, se realiza con radares móviles. En unos meses se concretará el establecimiento de los radares fijos.
Los controles se desarrollan de manera rotativa, estableciendo puntos de controles en aquellos lugares donde hay una mayor circulación y los conductores suelen excederse en la velocidad.
Los agentes municipales se desplazaron en calles y avenidas, y se instalaban en cada punto durante una hora. Hubo tres puestos, con una distancia de 100 metros entre cada uno: el primero es de advertencia, el siguiente de control y el último, un retén que llamaba la atención a los conductores en caso de ser necesario, porque lo que se busca es tomar conciencia antes que sancionar y multar.