Catalizador de un conjunto de saberes populares de tradición milenaria, el horóscopo chino esconde infinitos pliegues que van desde una lectura más “superficial” hasta una dimensión mítica que permite asomarse a la estética y tradiciones relacionadas con la filosofía, las minorías étnicas y el idioma de ese país, según analiza el periodista y escritor argentino Gustavo Ng.

Recientemente lanzó “Horóscopo Chino 2021: el año del búfalo”, su nuevo libro en el que presenta un abanico de conocimientos que dan un panorama de probabilidades y tendencias de fuerzas surgidas del saber popular, que comienzan a regir desde hoy, con la llegada del Año Nuevo Chino.

“Cualquier persona en China sabe cómo es una persona mono, chancho o conejo, tiene una noción, un prejuicio. Ese es el conocimiento que se va amasando y se contrasta, se ajusta, se enriquece... todo ese conjunto es el horóscopo chino”, señala en diálogo con la agencia Télam.

Ng sostiene que el festejo popular de hoy no tiene que ver con la celebración originaria sino con una resignificación aportada desde occidente: “tradicionalmente es una noche de encuentro familiar donde se cena y la comida es el punto de reunión porque las familias en China son muy felices siendo familia, es decir, estando juntos”.

“En China, la vigencia de esta costumbre fue fortalecida en los últimos 40 o 50 años por la migración gigantesca del campo a la ciudad. Cuando en los años 80 empieza el megaproceso de industrialización que la convirtió en la fábrica del mundo, se hizo alimentando las zonas industriales que estaban en las grandes ciudades, con trabajadores, muchos de los cuales venían del campo. Esta separación ha sido un aliciente para que la familia se junte”, explica.

Para esa reunión familiar, los chinos tienen su tradición: la gran noche vieja y en algunos lugares la “pequeña” noche vieja. “En algunos lugares -comenta- la semana anterior al festejo se procede a un rito de limpieza. Todo lo que está dentro de las casa se saca, salvo lo que no se puede desatornillar, como muebles, ropa, cuadros... Si es un departamento se saca al pasillo; si es una casa al patio, y se limpia a fondo, lo que involucra a toda la damilia. Una vez que se termina vuelven a entrar solo aquello que seleccionan. Hay un concepto que está en el trasfondo que es una manera de limpiar la casa de fantasmas, restos que sobreviven de algo que ya cumplió su función”.

El periodista reivindica al horóscopo chino como “es un pequeño Aleph de la cultura de los chinos”. “En él fui encontrando muchas dimensiones. Lo primero que se presenta es algo muy superficial, banal, frívolo. Sin embargo, en la medida en que empecé a investigarlo descubrí otras dimensiones: está hecho de mitos y contiene una mitología. Y empecé a encontrar ahí la filosofía, el taoísmo dentro del horóscopo, el budismo. Contiene mucho del pensamiento de ese país, así como la estética y las tradiciones relacionadas con las minorías étnicas y el idioma”, dice.

El cambio de año implica dejar a la rata y recibir al búfalo, animal que “tiende a lo concreto, trata de eliminar lo que son matices: es blanco o negro”. “Si es hacer, busca un resultado y si no busca un resultado, no hace. Procura la acción pero también si no sabe hacia dónde va, si no tiene un plan, un compromiso, simplemente no se mueve. Trabaja sobre la realidad, no necesita imponer una nueva”, describe el autor.

Como metáfora, Ng indica que se puede pensar al búfalo como “un tren que tarda mucho en montarse sobre una vía, pero una vez que está sobre ella gana una fuerza inercial”. Otra imagen es la del surco que va dejando en la tierra en su desplazamiento, sin desviarse.