Los cadetes de las diferentes empresas y casas de comida que hacen delivery están cansados de la inseguridad. Según afirmas quienes trabajan en el rubro, sólo durante el último fin de semana robaron cuatro motocicletas, principal herramienta de trabajo de estas personas.
“Se multiplican las protestas de trabajadores cadetes en la provincia y el pedido es el mismo: seguridad. En estos días hubo múltiples robos y ya estamos cansados”, dijo Hugo Santucho, representante de la Asociación Sindical de Motociclistas, Mensajeros y Servicios (Asimm). Sobre la última marcha, que fue el lunes al mediodía, Santucho explicó que fue en reclamo de las políticas de seguridad que lleva adelante el gobierno, a cargo del ministro de Seguridad de Tucumán, Claudio Maley.
Sin trabajo
Uno de los últimos robos de moto fue el caso de Facundo Grimalde, de 23 años, que trabaja para la empresa de cadetería Rappi. El sábado pasado, el joven fue hasta el bar Bona, ubicado en pleno centro sobre la calle 25 de Mayo, donde debía retirar un pedido. Al llegar, dejó su motocicleta en la vereda con la traba correspondiente, la mochila de la empresa y su casco, y entró para buscar el pedido. Sin embargo, al salir del restaurante, su moto ya no estaba.
“La gente me dijo que el sujeto que se la llevó se puso mi casco y mi mochila, pero al no poder destrabarla se bajó, tiró la mochila y pateó el manubrio hasta romperlo y llevarse la moto. Todo en cuestión de cinco minutos”, contó Grimalde en una entrevista con LA GACETA.
Grimalde se compró la moto hace sólo un mes. Lleno de ilusiones y esperanzas de superación comenzó a ser cadete, trabajo con el que lograba salir adelante y mantener a su familia. Que le saquen su moto le significó un golpe muy duro y ahora, imposibilitado para trabajar sin su principal herramienta, mira el futuro con preocupación. “Tengo una familia, una hija de dos años que mantener. Vivía de este trabajo y ahora me quedé sin nada”, expresó con angustia.
Para superar esta situación, el joven ya busca un nuevo trabajo. Incluso, una amiga de su familia le está dando una mano y se encarga de organizar una rifa con el objetivo de juntar dinero suficiente para, al menos, comprar una bicicleta con la que pueda volver a trabajar cuanto antes.
“Me arruinaron, me robaron la herramienta con la que mantenía a mi familia, a mi bebé”.
Ni seguridad ni respuestas
“Ya hice la denuncia en la comisaría primera y lo único que me dijeron fue que tengo que esperar, que no haga nada mas”, aseguró Grimalde, que quiere -y necesita- volver a trabajar.
Además, afirmó que los encargados del bar Bona, al que fue a retirar el pedido cuando le sacaron la moto, le niegan acceso a las cámaras de seguridad que apuntan a la vereda. Las cámaras -indicó- apuntan justo hacia el lugar donde estaba ubicado el rodado.
Grimalde estuvo el lunes protestando junto con sus compañeros frente a la casa de Gobierno: “gracias a ellos organizamos todo esto para ver si alguien nos da una respuesta. No es justo que el fin de semana hayan robado cuatro motos, tengamos un compañero herido y que la Policía no haga nada”.
Por su parte, Sergio Daniel Sanguino, otro de los cadetes que se manifestaron el lunes, sostuvo que todo los asaltos que sufrieron en los últimos días, sumado al hecho de no recibir respuesta ni de la Policía, ni del Gobierno, ni de la empresa en la que trabajan, los llevó a marchar para ser escuchados.
“Los chicos están cansados de la inseguridad, ya no aguantan”, insistió. Y agregó: “queremos que nos escuchen y que la gente sepa lo que es el sacrificio de entregar cada pedido”.
Sanguino sabe lo que significa perder el medio de transporte con el que trabaja: el 24 de diciembre, horas antes de Navidad, le sacaron la bicicleta que usaba para hacer los deliverys, también frente al bar Bona.
“Lo peor es que no nos muestran siquiera las cámaras. Sentimos que no nos escuchan, que no hay solución, y tenemos que salir a protestar”, reiteró.
Otro caso
Rubén Marcelo Vega, un cadete de 49 años, realizaba la entrega del último pedido de la noche, cuando dos hombres lo interceptaron y, a punta de pistola, le exigieron su motocicleta.
Ante esta situación, Vega se resistió al ataque y tiró la llave de la moto, actitud que uno de los delincuentes castigó con cuatro disparos, de los cuales sólo uno impactó en la víctima, lastimándolo en su gluten derecho. Luego de los tiros, los asaltantes se llevaron el rodado.
“En 12 segundos fue todo. Había un policía, pero no pudo hacer nada porque actuaron realmente muy rápido”, dijo el hombre que ya sufrió tres robos.
“Sigo saliendo porque no me queda otra. Con o sin miedo tengo que seguir trabajando para darle de comer a mi familia”, siguió.
Vega se encuentra fuera de peligro y anímicamente bien, luego del apoyo que recibió por parte de los vecinos que presenciaron el hecho en el barrio Parque Sur, en la calle Jujuy al 4.000.
Algunas horas después, los policías pudieron interceptar a los presuntos ladrones y le devolvieron la moto a Vega, según aclaró en LG PLAY. “Capturaron a uno de los delincuentes, de acuerdo con los dichos de los policías”, finalizó.