“En este momento estamos en una pseudo calma. Sentimos miedo por la segunda ola y la falta de cuidados. Nosotros ya tuvimos un año tremendo con tantos casos de coronavirus. El personal de salud está realmente agotado”. Quien enuncia estas palabras es Marcelo Morales, jefe del Departamento de Enfermería del Hospital Padilla. Desde marzo, él ha sido coordinador de las terapias de covid en la provincia y ha capacitado a profesionales de múltiples hospitales de Tucumán.
Un hospital que se puso al hombro el pico de contagiosLa ministra de Salud Pública, Rossana Chahla, lo convocó por aquel entonces, cuando la pandemia recién se iniciaba y el país aún no había entrado en cuarentena total. Su intervención comenzó en el Centro de Salud y siguió por el Hospital Eva Perón, el Avellaneda, la Maternidad, el de Aguilares y el de Concepción. “La idea fue reorganizar las terapias intensivas para que estuvieran adecuadas a las medidas de bioseguridad. Son uno de los lugares más contaminados en un hospital, pero los que más tecnología poseen”, explica a LA GACETA.
Destacan la informatización de la atención médica en el Hospital PadillaMorales coincide con el diagnóstico de Olga Fernández, directora del Padilla. “Si bien estamos preparados con infraestructura e insumos para un rebrote, el personal está agotado física y mentalmente. Duele que mucha gente actúe con irresponsabilidad. No sabemos si la segunda ola será como la primera o peor. Estamos expectantes, asustados y preocupados”, exterioriza el enfermero.
También él es coordinador del nodo de vacunación anticovid del hospital. Ya ha recibido la primera dosis y espera con ansias la segunda, que llegará a su brazo la semana que viene. “Es la esperanza para detener esta enfermedad que no tiene tratamiento -define-. Uno nunca sabe cómo le puede tocar. He visto morir a muchas personas: amigos, compañeros, gente joven... Era gente que no se tenía que morir”.
La emoción invade la oficina en donde transcurre las entrevistas. “Sentí una gran ilusión cuando vi llegar la primera tanda de vacunas. No importa del país que sean ni del laboratorio que sean: si han pasado por un proceso científico de aprobación deben ser buenas. Es lo que nos permitirá disminuir la curva”, considera Morales, que además dirige la Federación Mundial de Enfermeros en Cuidados Críticos.
Con respecto a los tratamientos utilizados en la atención de pacientes covid en el Padilla, el profesional destaca los protocolos de ivermectina y los métodos de respiración mecánica no invasiva, que pueden evitar la conexión de un respirador. “Esto debería terminar pronto con las vacunas y el compromiso social”, insiste.