Los edificios antiguos de la ciudad presentan muchas sorpresas, pero sólo es posible verlas si se adopta la costumbre de salir a caminar mirando hacia arriba, hacia la altura de los techos, para deleitarse con la magnificencia de algunos frisos. 

Estas obras de arte de la arquitectura son pequeños grandes tesoros de nuestro patrimonio urbano, que sería importante conservar y resguardar de las demoliciones que nos van dejando cada vez con menos casonas antiguas, testigos de la historia tucumana. 

Estos son algunos de esos frisos que se pueden disfrutar por las calles del centro de nuestra capital.

DETALLES DE DECORACIÓN. La fachada superior de la Casa Padilla, convertida en museo. LA GACETA / FOTOS DE JOSÉ NUNO
BALCÓN. En el ex hotel Plaza.
LAPRIDA AL 100. En una casa particular.
EN PERFECTO ESTADO DE CONSERVACIÓN. Uno de los balcones de la FET.
APLIQUE DECORATIVO. Simula ser una gárgola.
ANTIGUO. Casa particular del centro.