Un toque de queda nocturno entró en vigor en las últimas horas en la provincia canadiense de Québec para tratar de contener una segunda ola de coronavirus, una medida inédita a nivel provincial en el país desde la epidemia de gripe española hace un siglo.
Ayer comenzó a regir el toque de queda nocturno de 20 a 5 horas, una medida que se mantendrá durante cuatro semanas, hasta el 8 de febrero en esta provincia francófona de 8,5 millones de habitantes y la más afectada por la pandemia.
De los 657.323 casos totales que acumula el país, más de 226.000 corresponden a la provincia de Québec donde se confirmaron casi 9.000 muertos de los 16.869 fallecidos en Canadá.
En Montreal, la ciudad más grande de Québec, podían verse a algunos transeúntes y vehículos que seguían circulando luego de las 20 horas en el centro, mientras la Policía patrullaba y realizaba controles aleatorios.
El viejo puerto y el Viejo Montreal, lugares turísticos del centro de la ciudad, se veían desiertos, informó la agencia de noticias AFP.
"A pesar de algunos incidentes, notamos una excelente colaboración de la población", señalaron las autoridades a través de Twitter.
Québec ingresó en confinamiento a mediados de diciembre y hasta después de las fiestas en un intento de mitigar los contagios.
Para finales del año pasado Canadá ya había aprobado dos vacunas, las desarrolladas por los laboratorios estadounidense y alemán Pfizer y BioNTech, y Moderna, procedente de Estados Unidos.