Que el primer boleto a la final de la Copa “Diego Maradona” se haya resuelto principalmente en un mano a mano increíble entre Argentinos (el club que vio surgir al “10”) y Boca (el que lo vio jugar por última vez) en el primer estadio que llevó su nombre puede ser considerado un acto de justicia poética. El desenlace que el propio Diego Maradona hubiese querido ver. Al final fue el “Xeneize” el que se adjudicó el derecho a estar en la definición, por haber sido más bicho que el “Bicho” en una noche electrizante, de zapping constante entre Fox y TNT Sports porque también estaba River involucrado en la disputa, aunque supeditado a lo que pasara en La Paternal. El problema es que no pudo resolver su propio partido en cancha de Banfield frente a un Independiente que, liberado de presiones y ya sin Lucas Pusineri como conductor, lo frustró con un Alan Velasco intratable.
En esta definición trepidante, que se asemejó al minuto a minuto en el final de la Superliga que el equipo de Miguel Russo le sopló al de Marcelo Gallardo, el clasificado por un rato fue Argentinos. Si a las 21.30 el finalista era Boca por la diferencia de gol sobre River, a las 21.39 el pase le correspondía al “Bicho” gracias al gol de Diego Sosa. Pero el “Xeneize”, que guardó a Tevez para la revancha contra Santos, se sirvió de Edwin Cardona para remontarlo. El gol de Mauro Zárate -que jugó su mejor partido en mucho tiempo- fue posible gracias a una pincelada del colombiano. No hay nada que hacer: cuando Edwin está enchufado, todo es más fácil para Boca.
Al mismo tiempo, Velasco se hacía un festín con la defensa de River. Franco Armani ya le había tapado un remate cruzado envenenadísimo, pero nada pudo hacer con el misil que le clavó en el ángulo. El 0-2 llegó con un blooper que superó al del primer gol de Palmeiras: se tiró antes de tiempo ante otro remate de media distancia de Velasco y la pelota lo pasó por encima. Otro duro golpe a la confianza del 1, que vive su peor momento desde que llegó al club.
Ramón Ábila y los penales son todo un tema: ayer desperdició otro, pero como buen goleador se redimió capitalizando el grave error en la defensa rival. Si algo tiene “Wanchope” es que no le caben medios tonos: genera amores y odios por igual.
De vuelta a River. El ingreso de Nicolás de la Cruz le dio el equilibrio que necesitaba en el medio, pero aunque salió a quemar las naves, se encontró con la firmeza del arquero Sosa. La única que le queda es esperar que los goles que no entraron ayer viajen a Brasil.
El empate (2-2) de Fauto Vera en La Paternal le puso pimienta a la definición, porque dejaba a Argentinos a un gol de la final, pero Boca aguantó con el cuchillo entre los dientes. Ahora espera por el rival que se definirá esta noche, a partir de las 21.30: por ahora es Banfield, pero también pueden ser Talleres o Gimnasia. Los tres juegan en canchas distintas, por lo que será otra noche de control remoto en mano o radio pegada a la oreja.