La vacuna "china" contra la covid-19 CoronaVac, desarrollada por el Instituto Butantan de Brasil, demostró tener el 78% de eficacia, sin que se registrara ninguna muerte ni hospitalización de voluntarios, por lo cual hoy fue solicitado el registro de emergencia ante el órgano regulador.
El anuncio fue hecho por el gobernador de San Pablo, Joao Doria, y por referentes del centro laboratorial estatal Instituto Butantan, que en junio hicieron un acuerdo con el laboratorio chino Sinovac para desarrollar la CoronaVac en Brasil, que además la fabricará a partir de fin de año y la podrá exportar a otros países, entre ellos Argentina.
El anuncio de la eficacia del 78%, cuando los rumores hablaban a fin de año de un 55%, fue tomado como un triunfo del gobernador Doria, ex aliado del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con el cual entró en una batalla política e ideológica en torno a la vacuna y al origen de la misma.
"Es un gran día para la ciencia, para Brasil y para el mundo", dijo Doria al lado de Dimas Covas, presidente del Instituto Butantan, la mayor fábrica de vacunas del Hemisferio Sur.
La documentación comenzará a ser provista a la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), la ANMAT brasileña, para pedir su registro de emergencia y empezar a aplicarla en forma unilateral en la población de riesgo de San Pablo a partir del 25 de enero, independientemente del plan nacional del Ministerio de Salud.
La vacuna "china", probada en 12.400 brasileños, tuvo eficacia del 100% en los enfermos graves y evitó hospitalizaciones en todos los casos.
San Pablo ya recibió 10,8 millones de dosis y pretende recibir 46 millones hasta marzo, teniendo en cuenta que cada vacunado recibirá dos dosis con intervalos de entre 14 y 28 días.
Doria pidió a la Anvisa independencia sin motivos ideológicos ni políticos para evaluar la vacuna CoronaVac, que los paulistas ya están llamado "la vacuna de Brasil".
Covas, por su parte, explicó que el pedido de registro se debe al uso de emergencia ya que para hacerlo permanente debe haber un acuerdo global con el fabricante Sinovac, que debe hacer lo mismo ante los reguladores chinos.
Horas antes, el presidente Bolsonaro había dicho que el Gobierno asegurará 2 millones de vacunas de AstraZeneca, para la que aún no pidió el registro de uso de emergencia.
Sin embargo, Bolsonaro volvió a atacar la política de inmunización.
"Más de la mitad de la población no quiere vacunarse. Es lo que estimo yo, hablando con la gente en la calle, en la playa, en los bares", dijo Bolsonaro, quien carece hasta el momento de una fecha de inicio para el plan de vacunación a nivel nacional, que incluirá, también a la CoronaVac.
Brasil está en los umbrales de los 200.000 fallecidos por la pandemia y de los 7,7 millones de infectados. Es el país con más muertes detrás de Estados Unidos y el tercero del mundo en casos después de Estados Unidos y de India.
Bolsonaro repudió a quienes lo quieren calificar como un "genocida sanitario".
"Me quieren llamar genocida sanitario. ¿A quien he matado? Al contrario, sugerí el tratamiento precoz. Evitamos muchas muertes", dijo a referirse a su sugerencia, no verificada científicamente, de tomar hidroxicloroquina, remedio contra la malaria.
Doria y Bolsonaro se disputan el voto de la derecha brasileña de cara a 2022, luego de que ambos fueran aliados en la segunda vuelta de 2018.
Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), se ofrece como candidato de una derecha "responsable, no extremista" y, además, ha iniciado, como otros gobernadores, una suerte de diplomacia paralela al Palacio de Itamaraty, alineado vehementemente con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Es así que Doria abrió la primera oficina comercial de San Pablo en 2019 en Shanghai, China, país que además de ser el primer socio comercial brasileño desde 2009, es el principal comprador de San Pablo, el Estado que es la locomotora industrial y financiera de Brasil, con un tercio del PBI nacional.
La disputa restó poder al presidente en este Estado clave.
Los bolsonaristas de San Pablo llevan adelante manifestaciones cada vez más pequeñas desde que el 24 de marzo se instauró la primera cuarentena, siendo el Estado más afectado, con un cuarto de los muertos y un séptimo de los contagiados a nivel nacional en Brasil.
Pese a que la crisis epidemiológica empeora día a día en varios puntos del país, el presidente volvió hoya defender su política de no comprar más vacunas o jeringas a precios que considera altos.
"Quieren que compre insumos con sobreprecios para después acusarme de corrupto. Llevamos dos años de Gobierno y dos años sin corrupción. Le hemos cortado la pauta publicitaria a los medios y a Globo. Por eso me critican, son canallas", afirmó en uno de sus encuentros con seguidores en el Palacio de la Alvorada. (Télam)