En la Casa de Gobierno aguardaban anoche los lineamientos de la Casa Rosada respecto a las restricciones que se implementarán para ralentizar el preocupante incremento de casos de coronavirus. De todos modos, por lo acordado por el presidente Alberto Fernández y los gobernadores -entre ellos Juan Manzur- a través de una videollamada es un hecho que se avanzará principalmente sobre limitaciones a la circulación nocturna. Cómo y desde cuándo, hasta anoche era un enigma; también si habrá otros condicionamientos. Hasta que no se comunique oficialmente, no habrá cambios.
“Estamos esperando el decreto nacional”; “queremos ver cómo viene la medida y cómo se aplicará acá”; y “no vamos a tomar ninguna disposición por el momento”, fueron algunas de las expresiones utilizadas por las fuentes del Poder Ejecutivo consultadas por LA GACETA. Remarcaron que lo único que había de concreto hasta anoche era un compromiso verbal de los mandatarios a limitar la nocturnidad. Durante la videollamada se propuso que fuera de 23 a 6, pero eso se definirá en el instrumento legal. Allí también se establecerá si el horario será unificado en todo el país o si se reservará cierta autonomía a las provincias: la situación epidémica no es igual en los 24 distritos del país. Sí se especulaba con que el nuevo decreto nacional pueda estar vigente hacia el fin de semana. Posiblemente hoy se conozcan certezas.
Problema y objetivo
Voceros de la Nación aclararon que la intención no es perjudicar a las economías ni a la actividad en lugares turísticos. También aseguraron que no se analiza bajo ningún punto de vista implementar un toque de queda, sino limitar la nocturnidad para combatir las fiestas clandestinas y desalentar las reuniones sociales. La intención real es tratar de que la población salga lo menos posible y que se reduzcan al máximo los contactos. Las autoridades sanitarias vienen insistiendo en que estos dos eventos están siendo los principales focos de contagios, y que los adolescentes y los adultos jóvenes son los mayores vectores de la enfermedad que provoca graves consecuencias a los adultos mayores.
Otras propuestas que se barajaban para contener el rebrote de covid-19, que a nivel nacional se acerca a cifras similares a octubre de 2020, fueron acotar los viajes al exterior (para reducir los riesgos de ingreso de la nueva cepa), solicitar un PCR negativo para ingresar a las provincias y restringir el uso de transporte público sólo para trabajadores esenciales.
Gastronómicos, en alerta
Las restricciones nocturnas que se evalúan pusieron en alerta a los sectores turísticos y gastronómicos. Fuentes consultadas de estas actividades afirmaron que ya expresaron su preocupación a las autoridades gubernamentales y les solicitaron que, en lo posible, no se cierre antes de la medianoche. En Tafí del Valle, incluso, se analizaba que para evitar aglomeraciones en los bares lo mejor sería que la restricción nocturna sea desde las 2 o 3.
El infectólogo Eduardo López, miembro del equipo asesor del Presidente, consideró ayer que la sociedad ha relajado sus propios controles, como si la cuarentena ya estuviera terminada. “Es muy alto el número para considerar una variable azarosa. Teníamos 5.000 casos el 7 de diciembre y hoy tenemos 13.000”, dijo en diálogo con Radio Splendid. Consultado sobre si convenía implementar algún tipo de restricción, dijo: “mejor hacerlo más temprano que tarde. Hay que estar muy atentos y en función de eso hay que tomar medidas”.
Negligencia del Estado
Manzur, en tanto, remarcó que lo que se ve en el resto del mundo está llegando a la Argentina y que se refleja también en Tucumán (ayer hubo más de 200 casos por segundo día consecutivo). Exhortó a la población al lavado frecuente de manos, distanciamiento social, evitar reuniones sociales y a usar barbijo (obligatorio en la vía pública y transporte, según Ley 9.240).
La médica infectóloga Adriana Bueno, titular del Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (Sitas), consideró que hay negligencia de parte del Gobierno y del Comité Operativo de Emergencia (COE) por no hacer cumplir los protocolos que presentaron las cámaras de las distintas actividades para funcionar. “Están relatando los hechos y no reaccionando, no tomando medidas para contrarrestar”, dijo a este diario. Consideró que, nuevamente, los trabajadores sanitarios serán el paragolpe de “una actitud negligente” de parte del Estado. “¿Por qué no hacen cumplir los protocolos escritos? Se optó por el dinero, no por la vida; el Gobierno que se ha desentendido de su rol contralor”, embistió. A su vez, señaló que el personal de salud todavía está agotado y dolido de lo que fue el pico el año pasado.
¿Rebrote o segunda ola?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) había indicado meses atrás que no es correcto hablar de olas de coronavirus ya que está demostrado que no se trata de un virus estacional como la gripe, ya que hay países en verano sufriendo cientos y miles de muertes. La portavoz Margaret Harris había dicho que se trata de una “única ola” que irá “subiendo y bajando” por temporadas.
“Este virus es muy distinto. Le gustan todo tipo de climas. Lo que influye en la transmisión son las reuniones masivas, las personas juntándose y no respetando las medidas de prevención y distanciamiento social. Tenemos una gran ola con altibajos que tendremos que aplanar y asegurarnos de que sólo nos moja un poco los pies”, había graficado la experta.