Un tacho para los residuos orgánicos. Otro recipiente para poner los residuos de plástico (botellas, envases de alimentos, de medicamentos, de diferentes artículos, etcétera), otro para el papel y el cartón. Si se puede, en una caja o bolsita, poner las latas y en otra, las botellas y frascos de vidrio. ¿Cuánto tiempo puede llevar dentro de las tareas cotidianas de cualquier hogar? Sólo unos minutos. ¿Y cuánto bien puede generar? No tiene medida. Separar la basura doméstica sería un paso gigantesco hacia el cuidado del medioambiente, hacia la conservación del planeta. “Iniciarse en la separación de residuos es un gran acto individual que ayudaría a quien lo haga a generar conciencia de lo que desechamos, pero además ayudar a un trabajador que realiza su labor de manera precaria”, advirtió hace poco, desde las páginas de LA GACETA Agustina Tarcaya, joven militante miembro de la organización ambientalista Salvarnos salvando. Esta ONG ya lleva varios años trabajando en nuestra provincia con diferentes acciones tendientes a generar conciencia de la importancia de preservar el hábitat humano libre de contaminación. En esa misma ocasión, Tarcaya advirtió también sobre otra enorme necesidad: que las autoridades provinciales y municipales implementen la recolección diferenciada de residuos. “Mucha gente no lo sabe, pero los encargados de separar y llevarse los residuos que son reciclables, para que lleguen a un destinado donde se haga su debido procesamiento los cartoneros (recuperadores urbanos), una actividad completamente invisibilizada y hasta denigrada. Llevan a cabo su trabajo en condiciones insalubres, porque tienen que revolver nuestra basura, y esto pasa porque no hay un sistema de recolección de residuos diferencial”, señaló la joven. Hay pequeños pasos dados en este sentido en Yerba Buena, donde además funciona un centro de reciclaje y separación de la basura. Y, en determinados días de la semana, pasan por las casas a recoger la basura ya separada. En Tafí Viejo también funciona un centro donde se puede dejar la basura separada. En la capital todavía no se ha implementado ni la instalación de un centro de esas características ni la recolección diferencial. No obstante, aunque este servicio todavía no sea considerado importante por las autoridades, hacerlo en casa vale la pena, porque si se saca la basura ya clasificada (orgánico, papel y cartón, plástico) se facilita la tarea de los cartoneros. Los vecinos se sorprenderían al comprobar cómo disminuye la basura que sacan a diario cuando empiezan a separar, porque se limita sólo a lo orgánico. El resto (plástico, papeles, vidrio) es la mayor parte de los desechos, y no es necesario sacarlos todos los días porque no juntan olor. Se los puede tener en casa hasta reunir una cantidad suficiente como para sacarlos a la calle o trasladarlo a uno de los centros de reciclaje. En el centro de Tucumán se hizo un intento de separación, mediante la colocación, en las peatonales de tres enormes tachos para arrojar plástico, papel/cartón y vidrio. Pero ese gesto no fue acompañado por una campaña pública de educación por parte de la Municipalidad, y no funcionó. Educar en este sentido es clave y es responsabilidad del Estado llevar adelante líneas de acción para ir generando conciencia en la población de la necesidad de reducir, en especial, los desechos de plástico. Esta es una de las asignaturas pendientes del gobierno local, tanto en su expresión provincial como municipal.