Increíblemente, hubo quienes se vieron beneficiados este año: los gamers. No sólo por el tiempo que encontraron para jugar, sino por la difusión y el protagonismo que adquirió su pasión. Bien lo puede decir Diego Herrera Krautmann (22 años) que además de estudiar Cine dedica gran parte de su día a los videojuegos por computadora. Un gamer de ley. “Por la cuarentena he podido jugar muchísimo más -revela-. El año pasado, por ejemplo, comencé la Facultad y me tenía ocupado hasta la siesta. Ahora podía jugar hasta segundos antes del inicio de la clase, que era virtual”.
Claro, la pandemia había logrado lo que nadie: unir en un mismo lugar sus obligaciones y su máximo hobby. La Facultad y los videojuegos estaban en su PC y cuando uno terminaba, el otro podía empezar sin demoras. Incluso llegó a superponerlos. “Cuando era una clase de consulta y vos ya te sabías el tema pero necesitabas estar presente por la asistencia, ponía al mismo tiempo un juego que no necesitaba mucha atención”, confiesa.
Pero el APEX (un juego de tiro) y el League of Legends, sus favoritos, necesitan de mucha atención. Atención y un mínimo de tres personas para jugar una partida. Encontrar el dúo que lo acompañe podía ser una odisea años anteriores, pero no en 2020: “ahora es mucho más fácil encontrar compañeros”.
Aún en ese escenario favorable, Diego trató de no excederse. No quería pasar todo un día prendido a la pantalla: “cuando estamos entre amigos jugamos demasiado. Si no tenías nada que hacer podías pasar un día jugando, pero llega un momento en el que naturalmente decidís parar y parás”. Pero 2020 no sólo fue bueno para que los gamers pudieran jugar sino también para la difusión de la actividad. Así lo recuerda: “uno de esos días de la cuarentena más dura prendí la tele y en un canal de deportes estaban pasando un torneo de Mortal Kombat, no lo podía creer”.