Los tatuajes sensoriales se convierten en una opción no invasiva para monitorear parámetros físicos, químicos y biológicos del cuerpo. Algunos se remueven como un adhesivo; otros, son permanentes.

Según detalla Clarín.com,  los circuitos flexibles que se estampan sobre la piel pueden medir de forma constante la temperatura, la humedad, los niveles de oxígeno en la sangre y el funcionamiento del corazón. Otros sensores más avanzados, registran los cambios en la respiración que produce el coronavirus.

En las últimas semanas, por primera vez, un consorcio internacional logró sintetizar un material de impresión que se aplica sobre el cuerpo sin el uso de calor. Este avance permitirá grabar en forma directa sensores diminutos que transfieren los datos al teléfono y a un bajo costo.

En lo que se considera el primer paso hacia la medicina personalizada, científicos de la Universidad de Múnich diseñaron tres tatuajes dérmicos para monitorear enfermedades crónicas como la diabetes y la insuficiencia renal.

En lugar de inyectar las tintas de colores, los especialistas en ingeniería orgánica compusieron una formulación analítica colorimétrica que se fijan en determinadas zonas del cuerpo y puede registrar cambios en algunos biomarcadores como el pH, la glucosa y la albúmina.

Así, con estos tatuajes médicos, las áreas de la piel pigmentada varían de color al registrar cambios en el pH de la sangre. Su poder reside en que los colores se modifican a medida que cambian las concentraciones de los biomarcadores. Pueden prevenir enfermedades o ataques.

Las tinturas se inyectan bajo la piel y pueden analizar el líquido intersticial, que se encuentra entre los vasos sanguíneos y las células.