Stanislaw Olbrich, un camionero de 55 años que quedó varado unos 40 kilómetros al norte de Dover después de que gran parte del mundo cerró las fronteras a Reino Unido, sólo quiere llegar a casa para pasar la Navidad con su esposa y sus tres hijos, en el sur de Polonia. Muchos países cerraron sus fronteras a Reino Unido después de que el primer ministro Boris Johnson canceló la Navidad debido a una nueva cepa infecciosa de coronavirus.
Para Olbrich, los cierres fronterizos son una ilustración frustrante de lo disruptivo que se ha vuelto el coronavirus para la vida normal. Mientras Londres se acerca a la culminación del Brexit, el 31 de diciembre, Olbrich espera en el paradero internacional de Ashford, al norte de Dover, donde está varado junto a unos 200 camiones. "Mis posibilidades de volver a casa por Navidad están disminuyendo. Es una estupidez y estoy nervioso y molesto", agregó.
Francia cerró rápidamente su frontera al tráfico británico, con lo que obligó a los transbordadores y al Túnel del Canal a detener sus servicios. Aunque la carga aún puede ingresar al Reino Unido, es poco probable que los conductores corran el riesgo de quedar atrapados hasta que se reabra la frontera. La industria del transporte estima que, de los camioneros que operan en Reino Unido, el 80% es empleado de empresas de la Unión Europea. (Reuters)