Este año no hubo gira de 5°, ni cena, ni juntada para despedir el año, ni campera de egresados. Un abrazo representó todo eso. Sí, contra todo protocolo, era inútil intentar frenar el cariño acumulado de nueve meses. En la escuela secundaria Amadeo Nicomedes Juri, del barrio Alejandro Heredia, un diploma y un barbijo con la inscripción “Promoción 2020” le pusieron un moño al año de la pandemia.
Este mes unas 265 escuelas de niveles inicial, primario y secundario realizan actos de colación de grado presenciales. Otras lo harán en febrero y algunas en marzo, según la decisión de cada comunidad educativa. Estas ceremonias permiten que los alumnos que no volvieron a verse desde marzo, cuando comenzó el Aislamiento Preventivo Social y Obligatorio, pudieran reencontrarse una vez más, antes de que la vida los lleve por distintos caminos.
En todos los casos se cumple el protocolo sanitario aprobado por el Comité Operativo de Emergencia (COE). Las escuelas con mucha matrícula realizan varios actos para evitar aglomeraciones. Sólo dos familiares acompañan a cada alumno. Si bien el ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, presidió el acto de colación en la escuela Benjamín Zorrilla, de Santa Lucía, Monteros, y el colegio Tulio García Fernández, sus asesores y técnicos se repartieron en distintas escuelas para ofrecer un gesto de acompañamiento oficial.
Cabe aclarar que un grupo considerable de establecimientos estatales y privados decidieron realizar actos virtuales. Las razones fueron diversas, entre ellas, el considerar no estaban dadas las condiciones edilicias para realizar un acto escolar.
Escuela Amado Juri
A pesar de la pandemia, la escuela Amado Juri estuvo abierta todo el año. Es una de las pocas escuelas que tiene comedor escolar por la vulnerabilidad de los barrios donde está inserta. Allí además se repartieron bolsones de mercadería enviados por el Ministerio de Desarrollo Social. “Desde 2015, la escuela ofrece bachillerato con orientación en Comunicación Social. Comenzamos con 70 alumnos y ahora tenemos 250 alumnos”, cuenta la director Javier Palavecino.
Este año, muchos alumnos tuvieron que salir a trabajar para colaborar en sus casas. Es una de las causas de la desconexión de casi el 30% de los alumnos, reconoce el director. “Pero gracias al acompañamiento de los docentes, muchos volvieron para recuperar. Se hace un trabajo conjunto con la asesora pedagógica, la dirección y la asesora técnica pedagógica del Ministerio de Educación”, cuenta el docente. Ayer había cuatro técnicos estaban presentes en el acto.
Un año muy difícil
“Fue un año tremendo. Me alegra volver a ver a mis compañeros”, dice sin dejar de sonreír Ivón Contreras, de 18 años, mientras se pone al día con su amiga Yamila Gómez, de 17 años. No se ven hace nueve meses. “Vivimos en barrios diferentes así que no nos cruzamos. Además estuvimos encerradas todo este tiempo”, dicen con un rovoleo de ojos.
Ivón cuenta que su mamá mantiene la casa con la venta de ropa y calzado. “A veces no alcanzaba para cargar crédito al celular y ahí teníamos que esperar unos días para enviar la tarea”.
Leyla Piatti, de 17 años, cuenta que lo que pasó a ella es que el celular de su mamá tiene poca memoria para cargar sus deberes y los de su hermanito que va a primer grado. Ahora que ha logrado su meta de egresar quiere ser enfermera. Ella y su madre se dan un largo abrazo. “Este es el sueño de mi mamá, que yo me reciba del secundario”, confiesa.
El problema de Matías Arias, de 21 años, era la falta de tiempo. Todo el año trabajó como ayudante de albañil. Por las noches, venciendo el cansancio del día, se sentaba a hacer la tarea y la enviaba muy tarde. Los profesores ya sabían que era él.
“Ha sido un año difícil que nos dejó muchas enseñanzas. Nunca dejen de soñar” fue el mensaje del director Palavecino. Pero fue la profesora Mariana Racedo quien con sus sentimientos en carne viva terminó por derribar todo lo protocolar del acto, para dar paso a las lágrimas y a los aplausos. El instante final fue captado por la fotógrafa de nuestro diario: los sombreros de egresados lanzados al aire y la alegría de los chicos que el barbijo no pudo tapar.
Acto oficial en Santa Lucía
“Es un día de emoción, cuesta expresar lo que significa poder homenajear, agradecer y reconocer todo el esfuerzo de las mamás que han estado presentes hoy y han sido tan importantes, de las docentes, la directora, y toda la familia; tanto esfuerzo no ha sido en vano”, manifestó el ministro Juan Pablo Lichtmajer, durante el acto de colación de grado de la escuela Benjamín Zorrilla, de Santa Lucía, Monteros,
“El mensaje de hoy también es que la escuela es un lugar donde se aprenden valores y uno de esos valores es cumplir las normas que juntos acordamos para vivir mejor. Un estricto cumplimiento del protocolo también es un mensaje de la escuela a la sociedad en general de que tenemos que poder vivir así: cumpliendo las normas”, dijo.
Un estricto protocolo
En todas las escuelas se cumplió el correcto uso del barbijo, la sanitización de manos y la toma de temperatura a cargo de personal del Ministerio de Salud. “Siento un poco de felicidad y tristeza porque ya no voy a ser más compañero de mis compañeros. El año fue lindo, tuve la oportunidad de aprender nuevas cosas, pero extrañé a mis amigos y todo lo que hacíamos en los recreos, a las maestras, y todo”, expresó Iván Díaz Ortiz, egresado de primaria de la Escuela Justiniano Frías, de Yerba Buena. Los actos se efectuaron sin presencia de abanderados. Las ceremonias de colación de grado 2020 se realizarán hasta el 16.