El gobierno de Suecia modificó su estrategia contra la pandemia. Las autoridades impusieron severas restricciones, luego de que la segunda ola de covid-19 provocó el colapso de hospitales y la muerte de 7.000 personas.
Cerraron institutos, escuelas y universidades; también se prohibieron reuniones sociales con más de ocho asistentes y la venta de alcohol después de las 22.
“Esta decisión se toma porque es necesaria: a pesar de todas las iniciativas el contagio está en un nivel demasiado alto”, dijo la ministra de Educación de Suecia, Anna Ekstrom.
Ese país era, hasta el momento, señalado como ejemplo por quienes criticaban las cuarentenas más estrictas.
El Gobierno sueco debió endurecer las medidas debido al crecimiento de casos, que llevó a que Suecia tenga seis veces más muertos que el resto de los países nórdicos y que su tasa de mortalidad sea cuatro veces superior a la de Dinamarca y nueve a la de Noruega.