La sobremesa del almuerzo en la Quinta presidencial de Olivos fue de análiis y de proyección acerca de lo que sucederá en la Argentina durante el año electoral. Las cuatro vertientes política que nutren al Frente de Todos tomaban una decisión vital para evitar internas desgastantes en el Frente de Todos. Lo menos que se quiere mostrar en tiempos de pandemia de coronavirus es fuertes diferencias internas tanto en políticas como en armado de listas para las elecciones de medio turno. Hubo consenso en una idea: fortalecer la imagen del presidente Alberto Fernández, sobre la base de una idea de la anterior campaña electoral: "vamos a hacer un gobierno de un presidente con 24 gobernadores para que la Argentina se transforme realmente en un solo país federal".

La foto del Consenso Fiscal 2020 cobró más fuerza. El albertismo reivindicó aquella promesa hecha a los mandatarios provinciales, con un acuerdo que puede implicar el reparto de unos $ 70.000 millones durante 2021, un año de urgencias financieras y de plebiscito de gestiones. A esas dos patas de la mesa del Frente de Todos se sumaron Sergio Massa (líder del Frente Renovador) y el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, la cara visible del kirchnerismo dentro del gabinete nacional. El gobernador Juan Manzur se ha convertido en el interlocutor de los jefes de Estado del interior. Lo blanqueó Presidencia cuando ayer lo eligió como el vocero de los firmantes del nuevo pacto fiscal. Gestualidad política, define el mandatario provincial. "Entendemos el esfuerzo enorme que está haciendo el Gobierno nacional. Estamos en un momento muy difícil y complejo y usted fue capaz en esta situación y en plena pandemia de generar consenso", dijo el tucumano en el acto realizado en Casa Rosada. Era el mensaje preparado días antes, cuando el gobernador habló con el Presidente.

Esta semana se motorizará el proyecto de ley, mediante el cual el Poder Ejecutivo Nacional sugiere al Congreso que suspenda la realización de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto del año que viene. Los argumentos son públicos: no se sabe qué sucederá con la pandemia y los eventuales contagios de covid-19 si la población se expone a ir a votar y, paralelamente, una interna requiere un elevado costo para las finanzas que requieren de un respiro. Ahora bien, ¿cuánto es el ahorro que puede llegar a obtenerse en caso de suspender las PASO? Si bien se habló de que movilizar toda la ingeniería electoral para esa interna cuesta $ 6.000 millones, ayer en la Quinta de Olivos el cálculo fue mayor: alrededor de $ 15.000 millones.

Una segunda pregunta surgió en esa cumbre. ¿será un ahorro para las cuentas nacionales o puede destinarse para atender urgencias? La mayor parte de las provincias tienen serias dificultades para encarrilar sus cuentas. Alimentar el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial con recursos que luego sean prestados a las provincias no tendría tanta visibilidad como destinar aquel dinero a una causa mayor: la compra de vacunas para no contagiarse de la covid-19.  Esa idea está cobrando fuerza en el gabinete nacional. Sin embargo, los asistentes de ayer creen que es prematuro hacer una previsión presupuestaria previa a la llegada de las vacunas. "Aún hay que cotejar precios para que ese producto llegue a la mayor cantidad posible de argentinos y al menor precio para la Argentina, aunque tomando en cuenta la calidad y la efectividad de lo que se adquiere", advirtió uno de los asistentes al asado de ayer en Olivos.

Tercera cuestión: ¿qué otros efectos se busca con la suspensión de las PASO? Un impacto político que implique el mayor acompañamiento posible a la gestión del Frente de Todos. En el Gobierno nacional razonan que 2021 puede llegar a ser un año de recuperación económica, en la medida que la vacuna llegue lo antes posible al país y las actividades económicas funcionen, a mayor ritmo, en la nueva normalidad. Esto implicaría un repunte del PBI proyectado entre un 4% y un 6% para todo 2021, según las cifras que se manejan en el gabinete nacional. Si la economía se recupera, cambia y se estabiliza el humor social, es el razonamiento oficial. Por esa razón, Juntos por el Cambio pone reparos a una suspensión de las internas. La oposición tiene tantos problemas como el oficialismo a la hora de dirimir las candidaturas y los posicionamientos con vistas a 2023. Parece lejano, pero en política siempre se arranca lo antes posible.