Al acercarse la fecha límite, y previendo que la defensa pueda solicitar la libertad del acusado, la jueza Roxana Cejas Ramírez prorrogó la prisión preventiva de Juan Francisco “Pirulo” Fernández, de 32 años. La magistrada también se comunicó con un juzgado de Concepción para pedir que apenas se cumplan los días de arresto previstos, el tucumano sea enviado a una cárcel de Santiago del Estero, donde está acusado de homicidio criminis causae del gendarme retirado Ángel Amado Airala, ocurrido en octubre de 2018 en esa provincia. La magistrada además pidió tomar todas las precauciones con este hombre, un verdadero experto en fugas, según lo muestran sus antecedentes.
El homicidio
El 16 de octubre de 2018, Airala fue visto por última vez con vida. Luego de su retiro, el gendarme se había radicado en su La Madrid natal y se dedicaba a realizar viajes rurales a distintas localidades del interior de nuestra provincia y las vecinas.
Según se investiga, ese fatídico día, dos hombres y una mujer le pidieron a la víctima que los trasladara hasta San Pedro de Guasayán, una localidad del noroeste de Santiago del Estero, que está próxima al límite con Catamarca.
Uno de esos hombres era “Pirulo” Fernández, que aprovechando un permiso extramuros (cumplía condena por una causa de robo) había decidido fugarse. La mujer era su ex pareja, que habría sido amenazada de muerte para que consiguiera un taxi rural que les permitiera escapar a los dos delincuentes. El tercer implicado sería Delmiro Marcel Camus, quien también fue acusado por el homicidio.
En el paraje Guampacha, los hombres atacaron al conductor. Apuntándole con una escopeta, lo redujeron y maniataron. La mujer les habría suplicado a los delincuentes que sólo se llevaran el auto y no le hicieran daño, según consta en la investigación fiscal. Sin embargo los asesinos, al descubrir que el chofer tenía un arma en su guantera, tomaron la decisión más siniestra.
“La víctima fue llevada hasta el sitio en el que finalmente lo encontramos, en San Pedro de Guasayán. Allí le rompieron la cinta (con la que lo habían maniatado) y lo obligaron a cavar una fosa para luego ejecutarlo”, detalló el fiscal de Concepción, Edgardo Sánchez, que entendió en la causa.
El cuerpo de Airala fue encontrado el 5 de octubre del año siguiente. Al desenterrarlo, descubrieron que habían intentado quemarlo y que tenía un orificio de bala en el cráneo. Las pericias de ADN confirmaron la identidad de la víctima, que habría sido ultimada porque reconoció a sus agresores.
Los acusados fueron encontrados al poco tiempo conduciendo el auto de la víctima. Llevan casi un año de arresto por este hecho.
Fugas y antecedentes
Según se registra en los archivos de LA GACETA, “Pirulo” tenía un largo prontuario judicial y policial. El 21 de agosto de 2015 fue detenido en Simoca cuando era buscado hasta por la Interpol, dado que estaba prófugo desde hacía ocho meses por el robo de una moto Honda Tornado. Para esa época, ya había cumplido una condena en el penal de Concepción por un ataque similar.
Una crónica del 23 de noviembre del mismo año refleja que Fernández, otra vez prófugo, se tiroteó con la Policía en la localidad de Taco Ralo. En esa ocasión un efectivo lo divisó conduciendo un Chevrolet Corsa junto a dos secuaces. El uniformado pidió refuerzos y, aunque consiguieron cercar a la banda y reducir a uno de los delincuentes, el hombre logró escapar.
El 3 de diciembre, la Policía se tomaría revancha y conseguiría capturarlo. Durante un allanamiento ordenado por la Justicia en un domicilio de La Madrid, los efectivos arrestaron a “Pirulo” y a una pareja, acusada por otros delitos.
Finalmente, el 5 de noviembre de 2018, Fernández fue capturado y desde entonces no volvió a ver la luz del sol -hasta ahora-. La Policía santiagueña lo localizó en el pueblo de Lavalle, cercano al lugar donde fue ejecutado el ex gendarme.
Según detalla la crónica de nuestro archivo, su última fuga había sido en septiembre de ese año de la Unidad Penitenciaria de Concepción. Desde esa dependencia fue trasladado hacia el Penal de Villa Urquiza, donde permaneció hasta ahora. La jueza Cejas Ramírez pidió que se lo traslade a la unidad penitenciaria de Frías.