Carlos Labanda

Tenor

Si uno quisiera resumir brevemente la historia del Coro Universitario de Tucumán se vería en figurillas, porque 75 años son muchos. Creo que hay un par de elementos que son sustanciales, uno de ellos es la institucionalidad. Desde sus comienzos, el CUT tiene su estatuto, que prevé la creación de una comisión directiva que se renueva cada dos años, que reglamenta su funcionamiento, sus actividades y sus objetivos. Eso es un soporte muy importante para la continuidad del coro porque despersonaliza el devenir de los acontecimientos, desvinculándolo de la participación coyuntural de miembros que pueden haber sido muy importantes, pero que en algún momento lo van abandonando porque la vida los lleva por otros caminos. Esa institucionalidad ha hecho que la comisión asuma la programación de actividades anuales y que elija su propio director artístico. Cuando se hacen las asambleas anuales y se consideran memoria y balance, se debate y se tiran líneas dando así participación a todos los coreutas, con lo que van adquiriendo y fortaleciendo el sentimiento de pertenencia con el coro. Se va transmitiendo a las generaciones nuevas, que es necesario asegurar que los beneficios que cada uno recibió en el coro, puedan ser preservados y transmitidos a las futuras generaciones de coreutas.

Coro Universitario de Tucumán: una chispita que encendió un gran fuego

El segundo factor central es la vocacionalidad, que comienza cuando, en algún momento de la vida, uno quiere cantar sin ninguna formación musical ni vocal previa y decide ingresar al coro. Ese impulso nos lleva a iniciar el trabajo cotidiano de aprendizaje y ensayos y de cumplimiento de las obligaciones como coreuta y, a medida que avanza este proceso, se van conociendo obras, compositores, estilos y épocas, uno va descubriendo que puede acceder a cantar en buen nivel composiciones muy complejas. Esto da lugar a un crecimiento espiritual, no solo en el conocimiento de esas obras, sino también en la vocación por cantar. Uno de los intentos que siempre llevamos adelante es que esa vocación no se restrinja únicamente a lo musical y al cumplimiento de obligaciones estatutarias, sino que se haga extensiva a las otras actividades cotidianas que hacen al funcionamiento diario y logístico del coro que puedan exigir la ayuda de cualquier compañer

En este 2020, en que el CUT cumple los primeros 75 años de vida, se abre también una nueva etapa en el devenir artístico de la institución. Se ha incorporado el nuevo director artístico, el maestro Lucas Maximiliano Sorroza Díaz, joven pianista y director de coro, ya largamente vinculado a nosotros por su participación desde 2005 como coreuta y asistente del maestro Juan Pablo Cadierno. En los últimos años ha dirigido coros y ha completado su formación y podemos decir con orgullo que tenemos la seguridad de que su aporte será enriquecedor para la actividad coral tucumana. ¡Bienvenido, maestro Lucas!