“Hay que pasar diciembre”. La frase comienza a repetirse en los pasillos del poder y en los despachos oficiales. La pandemia y la crisis económica han subrayado los conflictos que ya afectaban a los tucumanos y por lo tanto, a los gobiernos locales. El parate de los primeros meses de la cuarentena y la recesión derivó en que,de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), más del 40% de los habitantes del Gran San Miguel de Tucumán estén en la pobreza y que el trabajo informal alcance al 45% (primer trimestre 2020). A esto se suma la inseguridad, que está en el tope del listado de las preocupaciones diarias de los ciudadanos, y la violencia de género, que va dejando casi una veintena de niñas y mujeres muertas en lo que va del año. Estos dos últimos asuntos ponen bajo la lupa las acciones de los Poderes del Estado, sobre todo, las de la Justicia.

El oficialismo provincial está tomando nota de que el humor social está caldeado, porque fue un año desgastante y complejo. Se percibe puertas adentro que es uno de los momentos más difíciles de la gestión y puertas afuera, los cuestionamientos proliferan desde diversos sectores.

Si bien en las últimas décadas hubo diciembres marcados por violentos conflictos sociales, esos fantasmas quedaron atrás. En este Gobierno, que comenzó en 2015, no hubo demasiados sobresaltos durante los últimos fines de años. De todas maneras, las autoridades apuntan a seguir llevando adelante la asistencia alimentaria con fondos provinciales y nacionales y a mantener a término el pago de los salarios.

Expectativas

¿Cuál es la perspectiva de la Provincia? Que la mayoría de los tucumanos de los sectores más vulnerados en sus derechos puedan contar con algún tipo de contención estatal y que los empleados públicos sigan cobrando los salarios. Respecto del primer punto, según altas fuentes del Poder Ejecutivo, no está previsto por el momento ningún programa ni desembolso especial, sino profundizar los que ya están en vigencia. El ministerio de Desarrollo Social y las organizaciones sociales han redoblado los esfuerzos y las partidas para responder a la creciente demanda de comida, que se materializa apuntalando los merenderos, las cocinas comunitarias y a los comedores escolares, entre otras instituciones.

En los municipios, sobre todo de los centros urbanos más importantes, hay un correlato. Varios intendentes duplicaron y hasta triplicaron la cantidad de módulos alimentarios que reparten. En un primer momento, la distribución de mercadería alcanzaba a las familias que se aislaban por algún caso de coronavirus, pero luego fue ampliada.

Complementan acciones nacionales de cobertura como las asignaciones universales (unos 112 mil beneficiarios en Tucumán), la Tarjeta Alimentar (casi 80 mil) o el Ingreso Familiar de Emergencia (350 mil). Al respecto, hay expectativa también en el año próximo, con base en el Presupuesto nacional. De acuerdo analizó el periodista Marcelo Aguaysol, el 75% (del total de $ 190.544 millones) de los recursos federales que llegarán a Tucumán el año que viene será para políticas sociales, que incluyen también jubilaciones y pensiones.

El ministro de Desarrollo Social nacional, Daniel Arroyo, había explicado ante el Congreso que el foco en la postpandemia cambiará de la urgencia de cubrir la alimentación a la de la generación de empleo. Detalló que se implementará un plan de empleo mediante obras de urbanización de barrios.

En la Casa de Gobierno tucumana también generan un medido entusiasmo los convenios por otras obras públicas con dinero nacional. Entre las más destacadas están las de cloacas para Alderetes y la Banda del Río Salí y las de vivienda, entre otras más pequeñas en ciudades y pueblos.

En relación al segundo punto, el gobernador Juan Manzur efectúa las gestiones ante la Nación para llegar a cubrir la planilla salarial, que incluye a más de 90.000 trabajadores sólo en la planta permanente (de acuerdo con los datos del proyecto del Presupuesto provincial para 2021, que está en tratamiento). Los miembros de la gestión advierten que conseguir el dinero es cada vez más difícil, pero confían en que podrán afrontar salarios y el aguinaldo sin problemas.

Nada sobrará, pero tampoco va a faltar, dicen en la Casa de Gobierno. Con el paso de los meses se verá cómo se logrará pasar este diciembre.