Se me ha pedido gentilmente reflexionar acerca de los primeros cinco años de gobierno en la provincia de Tucumán del médico Juan Manzur. Es inevitable dar este dato, su título universitario, y es que al calor de los hechos la política sanitaria ante la pandemia parece naufragar, al igual que su Ministerio de Salud, en un mar borrascoso.
Los casos acontecidos recientemente en la provincia, el aberrante asesinato de una niña y la posterior ejecución popular de su presunto asesino, hacen tangible la ausencia de respuesta de la gestión provincial en seguridad.
Estos dos ejemplos enunciados -entre otros posibles- sirven para resumir en pocas palabras un balance de gestión de gobierno que se asume por los hechos negativos. El gobierno del médico Manzur falló en dos de las principales funciones de quien tiene que administrar el Estado: la salud y la seguridad.
En definitiva, hay una ruptura del tejido social tucumano como consecuencia de la falta de respuesta del Estado.