Las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) cayeron hoy por debajo de los U$S 40.000 millones, al totalizar U$S 39.866 millones, producto del impacto de la segunda ola de la pandemia de covid-19 en Europa y Estados Unidos y su efecto en la valuación del oro, los yuanes y otros activos que la conforman.
Fuentes del BCRA dijeron esta tarde a Télam que el volumen de las reservas son un "respaldo adecuado" para "morigerar la volatilidad del peso y garantizar los insumos" a los importadores.
En base a la información diaria que suministra el Banco Central, las reservas marcaron una caída de U$S 274 millones respecto del nivel de ayer (U$S 40.140 millones).
"Las reservas internacionales de Argentina están compuestas por una canasta de activos que hoy registraron caídas en sus cotizaciones en el marco del temor mundial a una nueva ola de contagios de covid-19 y el impacto que medidas de aislamiento y confinamiento que se toman en varios países generarán en la economía global", aseguraron las fuentes.
De esta forma, en las últimas tres ruedas, el Central perdió U$S 632 millones, impulsado por estos factores y, también, por sus intervenciones vendedoras en el mercado de cambios y el retiro de depósitos en dólares de los bancos, que afecta al balance del Banco por la caída de encajes.
Aún así, desde el Central aseguraron que la composición de reservas "permite disponer de manera inmediata de los recursos necesarios para ejecutar la política cambiaria y responder a los requerimientos de los ahorristas con depósitos en moneda extranjera"
Al respecto, señalaron que hoy la Argentina tiene superávit de la balanza comercial y de la cuenta corriente del balance de pagos, y que las regulaciones macroprudenciales permiten "preservar la estabilidad cambiaria y financiera", pese a que en lo que va del año las reservas cayeron casi U$S 5.000 millones.
"La evolución de las reservas internacionales se vio afectada por los efectos de una crisis de endeudamiento que afectó no solo al sector público, sino también al sector privado", manifestaron desde el Central.
En esa línea, el sector privado tenía a fines de 2019 un stock de deuda comercial de U$S 39.000 millones y una deuda externa financiera de U$S 45.331 millones, mucha de la cual buscó cancelar durante gran parte del año tomando préstamos en pesos a tasas bajas para comprar dólares de las reservas.
Sin embargo, a mediados de septiembre el BCRA ordenó al grupo de las 15 empresas con mayores compromisos de deuda hasta marzo de 2021 a encarar una reestructuración de esos pasivos por el 60% del monto de capital a vencer, para no debilitar las reservas hasta la llegada de la cosecha gruesa en otoño.
"Los esfuerzos de desendeudamiento privado realizados en el marco de una serie de regulaciones orientadas a ordenar el acceso de las empresas y personas al mercado de cambio, sientan las bases para el inicio de un ciclo virtuoso de recuperación una vez superada la crisis generada por la pandemia", aseguraron las fuentes.