La actuación no tiene secretos para Hilda Bernard: del radioteatro de la década del 40 a la pantalla de la televisión hasta 2013, pasando por el teatro y el cine, la gran dama de la interpretación nacional cumple hoy 100 años, pero sigue siendo una referencia ineludible del arte dramático y cita obligada de distintas generaciones de actrices.
“Cada personaje hay que armarlo y pensarlo mucho. Por lo general, a mí siempre me han dado personajes de mala y me gustan mucho, porque son roles fuertes. No me atraen los personajes débiles para nada”, definió en declaraciones periodísticas de años atrás.
Pero no quedó encasillada en esos roles dese el inicio, sino que comenzó como “damita joven”, pretendida por cuanto galán estaba en la obra que debía interpretar. Fue en su adultez, en las últimas dos décadas de carrera y mayormente en la televisión, donde descolló como la antagonista maldita de los protagónicos llenos de bondad.
Bernard nació en Puerto Deseado, Santa Cruz, el 29 de octubre de 1920, de ancestros ingleses, belgas y austríacos. Se mudó a Buenos Aires y estudió en el entonces Conservatorio Nacional de Arte Dramático, donde tuvo como maestro a Antonio Cunill Cabanellas y compartió las aulas con María Rosa Gallo; en 1941 debutó en el escenario del Teatro Cervantes en una versión de “Martín Fierro”, con un papel de vendedora de empanadas que ganó por concurso. Con una de las mejores voces del medio, se transformó rápidamente en estrella de Radio El Mundo en una imborrable dupla con Oscar Casco. Sus pretendientes en escena también fueron Eduardo Rudy y Fernando Siro, entre otros de la época dorada del género. En la vida real se casó dos veces, tuvo a Patricia, su única hija (exesposa de Emilio Disi), y tiene un nieto, Emiliano Parada, y un bisnieto.
En paralelo, ocupó un lugar destacado en los escenarios teatrales (con textos como “Los mirasoles”, “Las de Barranco”, “Mataron a un taxista”, “Concierto de aniversario” y el ciclo “Mujeres x la Identidad”) y fue parte en una veintena de filmes entre 1951 y 2010 (debutó con “Mala gente”, de Don Napy).
La televisión la sumó desde la década de 1960, cuando apareció en “Romeo y... Raquel!!!”, con Atilio Marinelli, seguido, entre otros, por “Mujeres en presidio”, “Lo mejor de nuestra vida? nuestros hijos”, “Muchacha italiana viene a casarse”, “Malevo” y “Alta comedia”. Su popularidad aumentó a partir de la maldad de sus personajes en “Antonella”, “Soy Gina”, “Chiquititas”, “Rebelde Way” y “Floricienta”, entre muchísimos otros títulos. En 2013, con “Los Grimaldi, una familia de locos”, se despidió de la pantalla.
La última referencia pública de Bernard fue a principios de mes, cuando se anunció su recuperación de coronavirus a su avanzada edad. Hoy, el festejo llegará expresado en una torta con un centenar de velas.