Nuestro país no volvió a ser el mismo en lo político, económico y social hasta nuestros días, porque el 17 de octubre de 1945 marcó una fecha divisoria en la república Argentina. Podemos sintetizar como el “día de la concordia social y cultural” porque el peronismo no es clasista, el policlasista y polisectorial. Por eso plantea la comunidad organizada como solución estratégica de una lógica nacional y popular, profundamente humanista y cristiana. Por eso los materialismos de turno no pueden representar la esencia del peronismo. Para nosotros el sentido agonal de la política debe ser equilibrado por el sentido arquitectónico de la misma.
Decía Perón: “el hombre es una maravillosa armonía espiritual-material-individual y social; por eso el materialismo dialéctico nunca pudo representar la ideología, doctrina y práctica de nuestro ideario. La tercera posición es esencialmente distinta del utilitarismo práctico (tanto tenés, tanto valés del liberalismo) como del materialismo dialéctico (marxismo). Cuando asume su primera presidencia en 1946 enseña una política nueva: disminuir la improvisación (planes de gobierno y control de gestión desde el Estado), centra su tarea en lo educativo (educación gratuita) y en lo cultural (El hombro debe producir por lo menos lo que consume) creando fuentes de trabajo con salarios dignos, por eso en las 20 verdades distingue ayuda social (emergencia) con justicia social, un trípode de justicia distributiva-justicia conmutativa y justicia legal en 1950. Mientras tanto en 1949 (congreso de Filosofía en Mendoza) lanza al mundo su idea “Palabra de los filósofos” y “La comunidad organizada”.
En 1973, después de Ezeiza, el 21 de junio Perón dice: “nosotros somos justicialistas, levantamos una bandera distinta de los imperialismos dominantes. No hay nuevos rótulos que califiquen nuestra doctrina y a nuestra ideología”. Dios nos ayuda si somos capaces de ayudar a Dios. Ya estaba terminado el trabajo “Modelo argentino” presentado en 1974, donde define el término sinarquía, donde la socialdemocracia forma parte de ella. Por eso los interpretadores del peronismo como Laclau y Verbistky no pueden equivocar a los peronistas de siempre. No debemos confundir popular (pueblo) con populismo (masa informe).