En un año tan atípico como este, lo extraño ya no sorprende tanto. Pero sí hay que reconocer que sería raro un Rugby Championship sin Sudáfrica. Más aún siendo los Springboks los actuales campeones del torneo y también del mundo. Circunstancias internas han provocado que su seleccionado no esté muy convencido de participar, cuando restan apenas dos semanas para el inicio de la competencia (Nueva Zelanda y Australia adelantaron al 31 de octubre el choque de la última fecha a fin de que los All Blacks puedan regresar, cumplir la cuarentena y pasar Navidad con sus familias). Se suponía que ayer era “el día”, pero Sanzaar resolvió darle 48 horas más de gracia a la Unión sudafricana. Por ende, entre hoy y mañana se sabrá si Los Pumas tienen rival para el 7 de noviembre o si deberán esperar hasta el 14, cuando les toque enfrentar a Nueva Zelanda. En caso de que se respetara el fixture confirmado, Los Pumas estarían en condiciones de volver al país antes de tiempo, ya que en la última fecha, la del 12 de diciembre, debían volver a medirse contra Sudáfrica. Sin embargo, la demora del gobierno en levantar la prohibición de la competencia deportiva internacional hizo imposible que el seleccionado pudiera cumplir con lo que tenía programado. Eso, más la falta de amistosos preparatorios (situación en la que también se ve Argentina, más allá de que en las últimas horas se habló de la chance de jugar alguno), llevó a que la Unión sudafricana se incline más por el No que por el Sí. Sienten que no están preparados para competir de igual a igual contra Australia y Nueva Zelanda. Por otro lado, bajarse del torneo significaría una gran pérdida para las ya golpeadas finanzas del rugby sudafricano, por lo que la cuestión monetaria podría ser la que incline la balanza hacia el lado positivo.
Los Pumas, atentos a la decisión de los Springboks
prensa uar