Crecen en pantanos o turberas con pH ácido, y también -gracias al clima húmedo- en las macetas de muchos hogares tucumanos. En lo que se refiere a plantas, hay quienes sienten curiosidad por lo exótico y no se conforman con ver crecer un helecho o un lazo de amor. Para todos ellos existen las plantas carnívoras.

En estos tiempos de trabajo invertido en casa y en ganas de renovar los espacios en los que más tiempo pasamos por la pandemia, las plantas carnívoras y las exóticas en general han sumado adeptos que buscan renovar su jardín y darles un toque especial. Spoiler alert: en realidad no comen “bichos”, pero sí despliegan un mecanismo que los atrapan y los descomponen.

“La gente suele rehuir a estas especies porque piensa que habrá que alimentarlas y buscar bichos en el jardín. En realidad, hay que aclarar que las plantas carnívoras no comen insectos, sino que abonan y obtienen el nitrógeno que necesitan con ellos”, explica Julieta Marcantonio, dueña de un vivero.

Las “víctimas”

Las bacterias y los microorganismos de la planta descomponen por sí mismos los insectos que caen en la “trampa”. La salvedad es que los mecanismos de alimentación/captura varían según el tipo de planta.

Las más famosas y comercializadas son las venus atrapamoscas, las droseras y las sarracenias. “En el caso de las venus, sus hojas modificadas (que interpretamos como bocas o pinzas) tienen pequeños microfilamentos con una sustancia atractiva para los insectos. Y al posarse quedan atrapados en su interior. Por otro lado, las sarracenias tienen dentro de su jarro un líquido con aroma que atrae a los insectos. Y las droseras poseen pelitos muy pegajosos”, agrega la propietaria del vivero especializado en exóticas.

Cuidados

En lo que refiere a cuidados, lo central es el agua que se utiliza en el riego, el dato más importante de todos y por el que suele fallar su cultivo.

“El agua que se utiliza debe ser destilada o de lluvia, porque la que sale del grifo contiene muchísimos minerales y al final la planta muere. Además, el riego siempre es por bandeja. Nunca de forma directa sobre el sustrato (tierra) porque son propensas a los hongos”, explica la estudiante de Biología.

Otro requisito para nuestros mini depredadores es disponer de sol directo y mantenerlos protegidos del -al igual que con las plantas ornamentales- del calor sofocante y las temperaturas extremas del verano. Poniendo en práctica estos dos consejos, nuestro jardín puede tener un formidable toque exótico.