Unicef Argentina y Google presentaron los resultados de una encuesta realizada a más de 800 adolescentes argentinos sobre la educación durante la pandemia de coronavirus, que destaca que la tecnología vino para quedarse cuando se vuelva a las clases presenciales y otorga una valoración muy positiva del esfuerzo docente durante todo el proceso.

La encuesta -de acuerdo con lo que informa la agencia Télam- indagó sobre una población de chicos y chicas de las distintas provincias a través de una plataforma virtual. En ese sentido, Unicef aclaró que -por esa razón- no aborda ni indaga sobre las percepciones de los alumnos con dificultades de conectividad que, en algunas regiones, alcanza al 66% de la población.

Los especialistas del organismo de protección de los derechos de la niñez y el equipo de Google en Argentina explicaron que el trabajo buscó conocer qué piensan y cómo se adaptaron los chicos a una educación que en los últimos seis meses dio un salto cuántico, que evolucionó más que en los últimos 30 años.

La presentación de los resultados se realizó a través de una conferencia de prensa remota que encabezó la gerente de Comunicación de Google Argentina, Florencia Sabatini, mientras que por Unicef participaron Cora Steinberg y Natalia Calisti, especialistas en educación y comunicación del organismo, respectivamente.

Recursos pedagógicos

Entre otros resultados destacables, estos chicos de entre 14 y 19 años valoraron la introducción de recursos pedagógicos tecnológicos y algunos incluso manifestaron su sorpresa por la tardanza histórica en la incorporación de estas herramientas que pretenden que los docentes mantengan cuando se pueda volver a la presencialidad.

Los encuestados añadieron que, antes de la pandemia de coronavirus, solo uno de cada cuatro de sus docentes usaban estrategias digitales y, por ello, valoraron por sobre todas las cosas el esfuerzo realizado en esa adaptación.

En ese sentido, los videos, posteos y otros recursos creados durante estos últimos meses permitieron a los alumnos ganar en flexibilidad horaria -algo que ponderan especialmente-, en la autoadministración de los contenidos y, sobre todo, en la posibilidad de repasar todas las veces necesarias en el momento en el que lo necesitan.

La temática medioambiental se coló de una manera inesperada en la encuesta ya que los chicos expresaron que la virtualidad permite ahorrar el papel que se destina a los trabajos y exámenes.

Extrañan lo presencial

Sin embargo, la encuesta también fue contundente en otro sentido: lo que menos les gusta es que la modalidad actual sea sólo virtual, ya que afirmaron que no pudieron incorporar de manera definitiva la virtualidad como rutina de aprendizaje y cerca del 72% dijo que quiere volver a clases presenciales.

Consultados sobre el posicionamiento de Unicef respecto del retorno a las aulas, Steinberg, sostuvo que se han puesto a disposición de las autoridades diversas guías para un proceso progresivo que debería incluir modalidades mixtas y señaló que celebran los pasos ya dados por algunas jurisdicciones como Formosa, La Pampa y San Luis.

Con respecto al acompañamiento que recibieron durante la pandemia, el 60% de los encuestados afirmó haber sentido el apoyo de familiares y docentes, mientras que un 19% dijo haberse sentido solo en el proceso.

Transformación

En relación al impacto de la transformación educativa, Sabatini, aseguró que desde la empresa del célebre buscador están “convencidos que la tecnología y la educación están atadas”.

En ese sentido, brindó dos cifras para graficar la situación: desde el inicio de la pandemia, la plataforma educativa Google Clasroom tuvo un crecimiento de usuario del 100%, llegando a 140 millones de personas, de los cuales 1,2 millón en Argentina.

Sin embargo, Unicef señaló que a través de otras encuestas -tanto públicas como las encaradas por el Ministerio de Educación- se pudo ver durante estos meses de clases en modalidad remota que el país mantiene brechas digitales muy marcadas.

Sólo uno de cada dos hogares cuenta con una computadora disponible para la educación y la problemática se acentúa en algunas zonas del norte del país, donde el acceso a internet estable y de buena calidad llega nada más que al 35% de los hogares.