El fin de semana que acaba de pasar ha sido dramático para los profesionales de la salud del ámbito privado de Tucumán abocados a la batalla contra la pandemia de coronavirus. Al menos cuatro médicos de clínicas y sanatorios perdieron la vida en las últimas 48 horas como consecuencia de la covid-19. Y si bien en el sector afirman que tienen la "convicción" de dar pelea en la crisis sanitaria, a la vez exigen a las autoridades el "debido reconocimiento" por la situación de riesgo a la que están expuestos.
La página del Comité de Docencia e Investigación de la Dirección de Emergencias Sanitarias 107 comunicó los decesos de dos médicos de un servicio de emergencia privada y de otro profesional de una clínica céntrica. A ellos se sumó el fallecimiento de un reconocido otorrinolaringólogo.
Ante este escenario, en el ámbito médico se está viviendo "una situación de bastante estrés", confirmó a LAGACETA.com el presidente del Colegio Médico de Tucumán (CMT), Héctor Sale.
- ¿Cómo afectaron las pérdidas de estos colegas a los profesionales?
- Lógicamente, estamos viviendo una situación de bastante estrés. No sólo de ahora, sino hace más de seis meses, puesto que la gran mayoría de los médicos también solemos trabajar en parte pública, donde estuvimos en rotación de diferentes servicios, todo para ponernos a disposición de la comunidad en cuanto a pacientes covid. Hemos venido redoblando esfuerzos en todo lo que es capacitación, organización; todo lo que es la cuestión de tratar de poner las instituciones y a nosotros mismos acordes a los distintos protocolos y recomendaciones internacionales, para así poder enfrentarnos a toda esta situación de pandemia, y dar también respuestas a los pacientes covid.
- Las cifras indican que el riesgo es alto...
- Con profunda tristeza estamos despidiendo a muchos colegas y a profesionales de la salud. Todo esto muestra la verdadera situación de riesgo a la que se está enfrentando el profesional médico y todos los trabajadores de la salud. Y a la vez, la falta de reconocimiento que existe por el rol que se ejerce en estos momentos. Hemos advertido a las autoridades gubernamentales que los profesionales médicos están sobreexigidos. Lo hacemos con convicción, por supuesto, pero cuando uno ve que no tiene el reconocimiento, pasa a ser bastante duro.
- ¿En qué aspectos está faltando ese reconocimiento?
- Pedimos que se nos considere todo lo que es el equipo de cobertura en la parte privada. Y también hemos solicitado a la obra social de la Provincia (el Instituto de Previsión y Seguridad Social de Tucumán, Ipsst) una reconsideración del porcentaje de actualización, que fue del 10%. Verdaderamente, $50 no nos parece una actualización significativa. Se tiene que tener en cuenta lo que está gastando el médico en su protección.
- ¿De qué manera impacta esto?
- La realidad es dura. Estamos viendo que hay profesionales médicos que están muriendo, y al ver que no hay un apoyo acorde en cuanto a la obra social provincial, muchos médicos están cerrando sus consultorios. Por un lado, hay que asumir los costos de cumplir con todas las recomencadiones sanitarias. Si uno para entrar a una confitería o a un comercio tiene que ser sanitizado, se le mide la temperatura y todo lo demás, hay que imaginarse lo que implica estar en un cuarto de 3x3 metros, atendiendo por 20 o 30 minutos a nuestros pacientes. Hoy, aunque venga por otro cuadro, todo paciente debe ser considerado como posible caso de covid-19. Eso se lo expresamos al señor ministro de Economía (Eduardo Garvich) y al señor gobernador (Juan Manzur), que es médico, en las notas que enviamos solicitando una reunión. No es una cuestión caprichosa: la obra social de la Provincia se debe adecuar a la situación de pandemia. El mundo cambió, y para poder ejercer esta profesión tenemos que estar en condiciones, con equipos de protección personal y las garantías que permitan atender a los pacientes en un contexto de circulación comunitaria de coronavirus. Esta falta de reconocimiento genera un desgaste tremendo. Porque además de estar atendiendo tantos casos, una gran cantidad del personal está enfermo o en aislamiento por contacto estrecho.
- ¿Cuál es la situación en cuanto a la cantidad de profesionales a disposición para atender la pandemia?
- Estamos muy ajustados, el personal se redujo de manera tremenda. Por eso, en el Colegio Médico creemos que es importante reconocer y valorar a todo el personal médico, que a pesar de estar en una cantidad reducida está adecuando a las necesidades, cubriendo los consultorios de febriles en el ámbito público, haciendo guardias de pacientes covid. Con esto, claro, están resignando la atención en la parte privada. Desde esta institución destacamos el esfuerzo que están haciendo los 4.000 médicos, arriesgando cada uno su vida y la de su familia.
- ¿Cuántos colegas suyos han perdido la vida por la pandemia de coronavirus?
- Estamos despidiendo todos los días a profesionales que han dado mucho. Y hay muchos otros que están en terapia intensiva, con respirador. Por eso insisto, esto que nos angustia mucho pone en evidencia el real valor de lo que es la labor médica. Para conocer el impacto definitivo habrá que esperar a que termine esto y hacer un análisis. Muchas veces, las obras sociales o las autoridades gubernamentales no miden el real valor de lo que son los trabajadores de la salud, a todo lo que estamos expuestos. No tenemos la posibilidad de hacer un trabajo remoto: tenemos que salir a las 5 de la madrugada de casa y meternos en los hospitales, con pacientes con covid, y volver con nuestra familia. No deberíamos tener que estar suplicando una actualización; no hablamos de incrementos, sino de poder afrontar esta pandemia. Nos dolió mucho que las autoridades gubernamentales no nos reciban como institución de la salud. Al margen de la cuestión salarial, tenemos que organizarnos en esta situación en la cual se nos están yendo los números para arriba. Lo que pedimos al gobernador y al ministro de Economía que si somos personal esencial, que no sólo seamos considerados de esa forma para el cumplimiento de nuestro deberes, sino que también seamos tratados como personal esencial en el ejercicio de nuestros derechos.